Segob, la vitrina de Osorio Chong

Este lunes se llevó a cabo la toma de protesta de Omar Fayad como gobernador de Hidalgo, pero a pesar del férreo discurso pronunciado por el gobernador electo—que prometió combatir los “moches” y la corrupción—, el que se llevó la ovación de los hidalguenses fue el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

Y es que además de ser hidalguense de nacimiento, y de haber gobernado la entidad entre 2005 y 2011, todo parece indicar que en estos momentos Osorio goza de una inusitada popularidad a pesar de los ajetreos propios de su cargo al frente de la política interior del país.

De acuerdo con encuestas de reciente publicación, Osorio se encuentra entre los tres aspirantes a la presidencia mejor posicionados de cara a las elecciones de 2018. El priista se ubica en un empate técnico en el primer lugar con el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador y con la panista, Margarita Zavala.

Pero la popularidad de Miguel Ángel Osorio Chong no es un asunto gratuito. La Secretaría de Gobernación es una gran vitrina para cualquier funcionario que aspire a la presidencia: ser el máximo encargado de la política interna del país es un gran escaparate para posicionar la imagen de alguien ante la prensa y la opinión pública; ante las fallas y los logros.

Sin embargo, es esta misma visibilidad y las responsabilidades propias del cargo las que hacen que la de Segob también sea una vitrina peligrosa, pues su titular se expone a constantes crisis, problemas y coyunturas que pueden perjudicar su imagen.

Por ejemplo, durante los cuatro años que ha permanecido al frente de Gobernación, Osorio ha tenido que lidiar con asuntos como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014, la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán del Penal del Altiplano en julio de 2015, los hechos de Nochixtlán, Oaxaca en junio de este año, o el desgastante estira y afloja con la CNTE y la inconformidad de la Iniciativa Privada y la población en general por las movilizaciones, plantones, bloqueos y el paro laboral de la Coordinadora.

No obstante, las encuestas parecen indicar que —al menos desde el punto de vista de la ciudadanía—, Osorio y su equipo han librado estos hechos con éxito. A diferencia del caso del Ejecutivo, cuya popularidad ha caído a raíz de los ataques a su figura y a la del Gobierno, de la impresión de que Osorio Chong ha sabido fortalecerse de la gestión de los conflictos.

Pero aún faltan dos años para 2018, y en ese período pueden ocurrir muchas cosas, por lo que para algunos, si Osorio quiere mantener sus aspiraciones presidenciales,  deberá conservar el paso que hasta ahora ha mantenido.