Se redefinirá el sistema político por entero

Si es correcto lo que anticipa la gran encuesta del sector privado, presentada por Coparmex, con más de 13 mil entrevistas en domicilios, entonces veremos en dos semanas que la estructura del sistema político mexicano cambia profundamente.

No se trata sólo del cambio en el poder presidencial, sino también del Poder Legislativo.

De acuerdo con las estimaciones de esta encuesta, el PRI se quedaría con 94 diputados, es decir, menos de la quinta parte del total de la Cámara.

En 2015, el PRI obtuvo 203 legisladores en la Cámara baja. Y en 2012 había obtenido 241 diputados.

Es decir, en seis años el PRI perdería 60 por ciento de sus legisladores en la Cámara de Diputados.

Ni siquiera en el desastre político de 2006, cuando Roberto Madrazo quedó en tercer lugar en la elección presidencial, el PRI había caído tan abajo. En ese entonces obtuvieron 123 diputados, la menor cifra de toda su historia.

Ahora la caída sería peor.

La previsión para el caso del PAN es de 125 diputados. Esta cifra se acerca a lo obtenido por el blanquiazul en 2012, cuando Josefina Vázquez Mota quedó en tercer lugar. Entonces ganaron 114 diputados. En 2015 tampoco lograron repuntar y se quedaron con 108.

En el caso del PRD el cambio es más dramático. Hoy la previsión es de 24 diputados. En 2012 habían ganado 135 curules. La caída es de 81 por ciento.

¿Y qué pasaría en el caso de los senadores de los partidos tradicionales? El PRI obtendría 22 escaños frente a los 61 que ganó hace seis años, con una caída de 64 por ciento. En el caso del PAN pasaría a 40 frente a los 38 obtenidos en la elección de 2012 y en el caso del PRD tendría sólo dosdesde los 28 conseguidos hace un sexenio.

La otra cara de la moneda es Morena. La primera elección federal en la que participó fue la de 2015 y allí obtuvo 35 diputados. La previsión, según la encuesta señalada, es que ahora obtenga 191. Multiplicará por más de seis veces su bancada.

Si esta fuera la realidad legislativa que se configurara en un par de semanas, habría un partido tendiente a la extinción: el PRD. Otro partido, cuya debacle habría sido drástica, y se convertiría en la tercera fuerza política del país: el PRI. El PAN tendría una presencia parecida a la de hace seis años y Morena se convertiría de lejos en la fuerza política número uno de México.

Una posibilidad es que la fuerza de Morena vaya más allá de los resultados electorales. Si al menos la mitad de los legisladores del PRD se le sumaran, la coalición que encabeza pasaría de 219 a 231 diputados.

Otros piensan que también un grupo de legisladores del PRI van a moverse hacia Morena, por lo que no sería imposible llegar a la mayoría absoluta en las dos cámaras, una situación que no se veía desde 1994.

Morena no es un partido político en el sentido que los conocemos, sino como su nombre lo indica, un movimiento, encabezado por un solo hombre.

El futuro del sistema político del país más bien dependerá de lo que suceda con el PAN, tras el proceso electoral, así como de lo que resulte del PRI, sea que siga existiendo con el mismo nombre y bandera, o sea que se reconfigure en una nueva fuerza política.

Cualesquiera que sean los arreglos, los balances del sistema político mexicano serán muy diferentes en un par de semanas.