Aquí se ha denunciado que los megaproyectos del presidente Andrés Manuel López Obrador, además de inútiles, se están construyendo de forma ilegal, ya que no cuentan con diversos documentos como los permisos de construcción, los estudios para evaluar los daños al ecosistema, entre otros.
Tal es el caso del Tren Maya el cual ha sido muy criticada tanto por especialistas como por los pobladores de la Península de Yucatán, ya que esta obra faraónica producirá severos daños ecológicos como una deforestación.
En ese sentido, información divulgada por la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) reveló que para llevar a cabo la Fase 1 del Tren Maya se requerirá desmontar 11 mil árboles que forman parte de la selva maya y cinco especies en riesgo.
Es decir, más de dos mil hectáreas serán intervenidas para llevar a cabo este proyecto; así lo señala el documento presentado por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
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“La superficie total que se afectará por el DDV de la F1-TM es de 2,525.07 ha. En estas áreas, actualmente predominan zonas de pastizal, cultivo, asentamiento humano, vías generales de comunicación y vegetación de importancia forestal en diferentes etapas sucesionales; de este último, se estima que la superficie de afectación será de 606.04 ha, que representa el 24 % del total”, se lee en el documento.
Del total de la superficie que requiere el proyecto, 64 por ciento se desarrollará sobre vías de comunicación ya existentes que consiste en infraestructura vial, líneas eléctricas de alta tensión y vía férrea que abarcan mil 619 hectáreas.
Mientras que 24 por ciento corresponde a la superficie con uso de suelo forestal que debe ser desmontada, se trata de vegetación secundaria arbórea y herbácea de selva alta perennifolia, selva baja espinosa subperennifolia, selva mediana caducifolia y subcaducifolia; además de que 12 por ciento corresponde a uso de suelo agrícola y pecuaria.
El pasado 16 de junio, el Fonatur indicó que este megaproyecto no tenía la obligación de solicitar una autorización ambiental, esto porque no se trataba de una obra nuevo, sino de rehabilitación y mantenimiento para mejorar la seguridad operativa.
La 4T está dispuesta a destruir la flora y fauna que cuenta el país con tal de cumplir con los caprichos del dictador que reside en Palacio Nacional.
Con información de Periódico Zócalo y PSN en línea
