El populismo característico del presidente Andrés Manuel López Obrador se desbordó precisamente unos días antes de la consulta “gansito” en la que se hará a la población una pregunta ambigua y absurda.
Vacunación
Pasada la jornada electoral del 6 de junio, las vacunas anti Covid escasearon. Pero casualmente, volvieron a aparecer y de forma masiva una semana antes de la consulta.
El pasado martes se rompió el récord de vacunación, al aplicarse un millón 453 mil 638 dosis en 24 horas. Días antes, el 22 de julio, se habían aplicado un millón 376 mil 213 dosis, también en un solo día.
A partir de esta semana se empezó a aplicar la vacuna a los milenials y centennials, con lo que la “Cuarta Transformación” intenta conquistar a los jóvenes días antes de la consulta.
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Liberación de presos
El pasado jueves, el presidente López Obrador anunció la firma de un decreto para liberar a los presos del fuero federal acusados de delitos no graves o mayores de 75 años que tengan más de diez años sin ser sentenciados o que hayan sido torturados.
La medida es a todas luces populista y muy difícil de aterrizar. De entrada, los delitos no graves del fuero federal son muy pocos. Difícilmente habrá reos acusados de delitos no graves con más de diez años en prisión.
Además, la liberación de presos no será inmediata. El presidente no puede indultar a presos que no estén sentenciados. Tampoco le puede ordenar a la Fiscalía General de la República que se desista de la acción penal, pues este organismo es autónomo según la Constitución.
Un decreto presidencial solo puede tener el efecto de exhortar a la FGR a desistirse de la acción penal y pedirle a los jueces que dejen en libertad a quienes aún no reciben sentencia. Pero falta que le hagan caso.
Control de precio del gas
Otra medida populista es la publicación del acuerdo por parte de la Comisión Reguladora de Energía por el que se anuncia que este organismo fijará los precios máximos del gas LP.
Casualmente, el primer listado con precios máximos oficiales se publicará el sábado, es decir, un día antes de la consulta, con lo que la “4-T” busca incentivar a la población a que salga a votar al día siguiente.
El control del precio del gas es otra medida condenada no solo al fracaso, sino que puede generar problemas mayores al que se pretende solucionar, como lo es el posible desabasto del combustible.
Pero al presidente López Obrador no le importa nada de esto. Desesperado ante el anunciado fracaso de su consulta “gansito”, ha recurrido a los anuncios espectaculares que le generan aplausos de sus feligreses pero que no se traducirán en votos.
