“Se acabó el dominio del narco en zonas del país”: Durazo a un año de liberar a Ovidio Guzmán

Sin duda alguna, el “culiacanazo” como se le conoce mediáticamente, fue una humillación y derrota para el ejército y el gobierno de López Obrador

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Pese a las políticas de seguridad ineficientes que se implementan en el país, Alfonso Durazo, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), dice que ya no hay zonas gobernadas por el narco, esto a un año de la liberación de Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.  

En entrevista con el diario La Jornada, Durazo Montaño dijo que “históricamente había zonas administradas y hasta gobernadas por el crimen organizado. Eso se acabó. Eso ya no sucede ni en el Triángulo Dorado –zona que se localiza en los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua y que controló Joaquín El Chapo Guzmán– ni en la Tierra Caliente de Michoacán ni en Miguel Alemán, Tamaulipas. Esto no significa que no haya presencia de criminales, sólo que ya no dominan en esos lugares”.

Pero la realidad contradice al próximo contendiente por la gubernatura del estado de Sonora.

Recordemos que el pasado 17 de octubre de 2019, la ola de violencia que se desató en Culiacán, Sinaloa, fue por un enfrentamiento entre fuerzas federales y el Cártel de Sinaloa por la captura del Ovidio Guzmán, situación que evidenció la ineficiencia del gobierno federal.

Este suceso fue inmortalizado como el “Culiacanazo”, un enfrentamiento que ganó el crimen organizado a las Fuerzas Armadas. Un día después del hecho, Durazo Montaño, develó que lograron apresar al hijo de “El Chapo”, pero ante los niveles de violencia que se desataron en la ciudad, tuvieron que liberar a Ovidio.

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En la entrevista, Durazo aseveró que sí hay un debilitamiento en general, de todas las organizaciones criminales, ya que según él, el cártel Santa Rosa de Lima prácticamente desapareció luego de la detención de José Antonio Yépez Ortiz, “El Marro”, y los grupos que actúan con mayor fuerza son los cárteles “Jalisco Nueva generación” (CJNG), el de Sinaloa y el del Noroeste (Zetas vieja escuela).

Sin duda alguna, el “culiacanazo” como se le conoce mediáticamente, fue una humillación y derrota para el ejército y el gobierno de López Obrador, por haber manejado dos versiones y desmentido la inicial, donde dijeron que la detención se trató de una casualidad. 

SG