#SCJN lo importante es la trayectoria de los nuevos Ministros

No hubo sorpresa.

Como aquí lo dijimos el 24 de noviembre, los dos nuevos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación se llaman Norma Piña y Javier Laynez.

La primera, como se ha dicho en todas partes, es magistrada de circuito y –por propuesta del ex presidente Felipe Calderón–, trató de llegar a la Suprema Corte en 2012.

El segundo es magistrado en la Sala Superior del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa. Y al igual que Piña, fue una de las propuestas no exitosas de Felipe Calderón. El mandatario panista envió a Laynez a buscar un asiento en la Corte Penal Internacional.

A Norma Piña la eligieron con 79 votos. Es decir, con poco más de las dos terceras partes de los 111 asistentes a la sesión. Cabe señalar que de haber estado los 128 senadores, los votos de Piña no le habrían alcanzado para convertirse en Ministra.

Por su parte, a Javier Laynez lo votaron 81 senadores. Es decir, que igual que Norma Piña, si todos los senadores hubieran estado en el Pleno,  Javier Laynez no habría tenido los votos necesarios para ser ministro.

Pero más allá de los números, más allá de las cifras y más allá de los votos, lo que debiera llamar la atención es que –como ocurre en toda elección–, las controversias y calificaciones no se hicieron esperar.

Como ya es costumbre, hubo algunos que dijeron que la terna de mujeres era demasiado débil. Para un sector de la opinión pública, el Senado debió echar abajo este bloque de candidatas.

A su vez, hubo quienes insistieron que el ahora ministro Javier Laynez responde a las órdenes del poder Ejecutivo.

Sin embargo, más allá de las dudas y las quejas, lo cierto es que la carrera de estos ministros empieza hoy.

Es decir, que como explicó a La Otra Opinión el Doctor Vicente Fernández –académico del Tecnológico de Monterrey–, más allá de las amistades, de las comparecencias y de las cuotas políticas que pudieron empujar a los nuevos ministros, lo relevante es su trayectoria, son sus credenciales y será su labor como ministros en el Pleno de la Suprema Corte.

Con la información que se conoce, tanto Piña como Laynez –en opinión de Fernández–, son juristas experimentados y calificados para ocupar el puesto.

Lo que preocupa al académico, sin embargo, es el rumbo que tomará la Suprema Corte. ¿Por qué?

Porque anteriormente existía un balance entre la fracción liberal y la conservadora.

No obstante, con la salida de Olga Sánchez Cordero y Juan Silva Meza el ala liberal perdió a dos ministros.

En consecuencia, si Piña y Laynez apuestan por posturas conservadoras, se corre el riesgo de que la Suprema Corte de Justicia se convierta en un tribunal conservador.

En resumen. En este momento, lo único que importa son las credenciales y la trayectoria de los ministros. Todo lo demás, seguramente ocasionará ruido, pero con el tiempo terminará siendo poco o nada relevante.