Este jueves, durante su comparecencia ante el Pleno de la Cámara de Diputados, Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación (Segob), aseguró que no está sometida a la voluntad de un “patriarca”, ya que su trabajo como encargada de la política interior del país está al servicio del pueblo.
“No busco el reconocimiento ni nunca lo he buscado, estoy poniendo mis capacidades al servicio de mi patria, no de ningún patriarca, al servicio del pueblo”, dijo Cordero Dávila.
Tales declaraciones de la funcionaria, como parte del Segundo Informe de Gobierno, se originaron después de los señalamientos que le hizo la diputada panista Adriana Dávila, quien le pidió ser “autocrítica para recuperar el respeto a su trayectoria de muchas décadas”.
Además, Dávila reiteró que su poder de decidir dentro de la administración de Andrés Manuel Lópéz Obrador se ha visto manchada por su sumisión, algo que ha opacado su trayectoria como ministra de la Suprema Corte.
La legisladora del blanquiazul no paró ahí sus reclamos, pues también le dijo que no ha sido capaz de impulsar una Segob que ayude a la unidad nacional.
“La imagen de una secretaria enlatada, por desgracia no hay respeto a la libertad de expresión ni por los que piensan diferente, el diálogo político está cerrado, la política pública no cabe en este gobierno. Los datos duros están peor”, denunció.
Sánchez Cordero se defiende
Ante tales señalamientos, Sánchez Cordero se defendió, al igual que al gobierno federal, que desde su perspectiva trabaja en favor de la sociedad y no de intereses particulares.
“Ideales que ahora, curiosamente, partidos que nunca habían enarbolado ahora los enarbolan; personas que nunca habían defendido banderas, como las que yo siempre he defendido y sigo defendiendo las toman, qué bueno, qué bueno que ya lo están haciendo porque no reconozco en partidos y personas y no recuerdo haber visto defender hasta hoy.
“Le ofrezco no sólo amistad, diputada Dávila, sino también colaboración institucional para que sienta satisfecha los reclamos que en tribuna me ha hecho”, comentó la funcionaria.
Cabe señalar que a pesar de las duras críticas, la comparecencia se llevó a cabo de manera ordenada gracias al “Acuerdo de Civilidad” que firmaron todas las bancadas en San Lázaro y avaló el Pleno. Pues con ello se buscó garantizar el respeto en las reuniones con funcionarios públicos.
A pesar de que Sánchez Cordero diga que no está sometida, la realidad muestra todo lo contrario, porque no hay integrantes en el gabinete que tenga la valentía de señalar sus errores a López Obrador.
Con información de El Heraldo de México
JZ
