Ruptura de las élites: ¿tiene razón AMLO?

En entrevista desde Tijuana, Baja California, Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial por la coalición juntos haremos historia, expresó ayer que el enfrentamiento entre los candidatos presidenciales del PAN, Ricardo Anaya, y del PRI, José Antonio Meade, es un pleito al interior de la “mafia del poder”, donde –según dijo– “hay corrupción, manipulación y circo” con el único interés de ganar adeptos entre el electorado, pero que puede resultar muy peligroso para el país.

El abanderado presidencial de Morena reprobó el nivel de amago que ha tomado la confrontación entre Ricardo Anaya y José Antonio Meade, pues mientras desde los Estados Unidos “prácticamente se ha declarado una guerra comercial en contra de México”, por un posible aumento a los aranceles al acero y aluminio, “el PRIAN” intensifica la violencia política a la que está acostumbrado con amenazas de “encarcelamiento al jefe del Ejecutivo”, sin importarle que la violencia criminal ya es bastante en el territorio nacional.

“Es el PRIAN, que no nos engañen, ahora tienen sus diferencias, se están peleando, pero son lo mismo. Tenemos el derecho de decirles: cuiden la estabilidad política, cuiden la paz social, no desaten al tigre, no pueden actuar de manera irresponsable”, destacó.

Antes de concluir el encuentro con medios de comunicación, el candidato presidencial solicitó a Ricardo Anaya revelar el número de veces que se reunió en lo oscurito” con el presidente Enrique Peña.

No obstante, dijo que es preocupante el tono de confrontación que ha surgido en el PRI y en el PAN porque el país “no está para bollos”, ya que la violencia política puede generar inestabilidad, fuga de capitales o crisis financiera”.

¿Tiene razón AMLO? ¿Es el pleito entre Anaya y Meade una señal de ruptura entre el PRI y el PAN?

En cierta forma sí: el PRI –con Peña Nieto como jefe de facto– y el PAN, con Ricardo Anaya primero en la Cámara de Diputados y luego en la dirigencia blanquiazul, fueron aliados para la aprobación de las Reformas Estructurales –en el marco del Pacto por México–. Ahora, ambos partidos y sus candidatos se encuentran confrontados en el marco de la lucha por el poder y la batalla electoral. Es algo normal, y de lo que el propio AMLO no ha estado exento.

Cabe recordar que antes de separarse del PRD, AMLO tuvo diferencias irreconciliables con “Los Chuchos”, por lo que, la ruptura fue evidente, así como su salida del partido que dos veces lo postuló a la presidencia.

En septiembre de 2012 Andrés Manuel  dió el anuncio de su salida del PRD y aunque manejó un discurso en los mejores términos  y ante un Zócalo lleno dijo que se dedicaría a trabajar en la transformación de México desde el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), lo cual, debilitó internamente a un más al Sol Azteca, ya que varios integrantes decidieron seguir a López obrador.

En lo que va de la contienda electoral de este año, se ha vuelto muy común que los políticos se pasen de un bando a otro por diferencias con los liderazgos de sus partidos. Tal es el caso de priistas y panistas que se han sumado a Morena tras no obtener candidaturas en el tricolor, o por confrontaciones abiertas con Ricardo Anaya.

La formación y ruptura de alianzas entre partidos –e incluso al interior de los propios institutos– es PAN de cada día en la política. Se llama pragmatismo.

Además, AMLO es el menos indicado para criticar y exigir a sus oponentes que cuiden la paz social, cuando él ha estado involucrado y ha provocado la ruptura política en diversas ocasiones.