La revista “El Chamuco y los hijos del Averno”, también conocida como “El Chamuco”, ha sido una de las más críticas del sistema político mexicano a través de caricaturistas y cartonistas del diario La Jornada, como El Fisgón, (Monero) Hernández, Helguera y Patricio.
La publicación, humorística y de sátira política fundada por el inolvidable Eduardo del Río “Rius”, se ha pronunciado a favor de la libertad de expresión y en contra de “medios chayoteros”. Una total hipocresía.
La revista, que revivió apenas en febrero pasado y es dirigida por el caricaturista Rafael Pineda Rapé, está supuestamente involucrada en los vicios que tanto han criticado en estos meses (y en años pasados).
Una serie de tuits del usuario @LeoAgusto dan muestra que la publicación ha recibido desde 2016, la cantidad de un millón 192 mil 400 pesos por parte de dependencias locales y federales, así como de institutos políticos.
Buenos días.
Para abrir boca… En 2016 el @GobCDMX pagó $50 mil pesos a la revista @El_Chamuco por unos “banners” en su sitio web. https://t.co/LvwiL4rixK— Leo Agusto (@LeoAgusto) 6 de julio de 2018
Lo anterior, una situación que es válida, toda vez que cualquier dependencia o instituto político, así como medios de comunicación tienen derecho y sin transgredir la ley, a publicitar los mismos a cambio de recursos.
Sin embargo, llama la atención que la publicación de “El Chamuco” ha sido crítica respecto al presupuesto público y de dichas tácticas de marketing, el cual se reitera en este espacio, es totalmente válido. Pero, a pesar de saber cómo funciona el sistema y arremeter en contra del mismo, parece que la revista “finge” criticarlo y viven de lo que tanto acusan.
Son intereses legítimos empresariales y publicitarios, sí. La hipocresía llega en el momento en que una publicación que presume ser de “sátira política” y está en contra de “facturar” por parte del sistema político, le sea comprobado que recibe recursos del Gobierno de la CDMX, de Movimiento Ciudadano, ALDF, delegaciones Tlalpan y Coyoacán, del Senado y Diputados y hasta de la CNDH.
Es cuando el gremio de caricaturistas y cartonistas como El Fisgón, (Monero) Hernández, Helguera y Patricio, se desvirtúan; cuando “se dicen de izquierda y cobran con la derecha”.