Tal parece que la transición de “terciopelo” concluyó con una enorme cereza en el pastel, porque ahora resulta que la fiesta de toma de protesta de Andrés Manuel López Obrador, fue pagada por la administración de Enrique Peña Nieto.
Cabe recordar, que el costo de la celebración —del pasado 1 de de diciembre— fue de 41 millones 18 mil pesos, dicha cantidad de dinero provino del erario público.
El gasto lo cubrió la administración del expresidente, Enrique Peña Nieto, ya que de acuerdo con la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), todos los servicios que se ofrecieron, antes durante y después de la celebración de la Transmisión del Poder Ejecutivo Federal (TPEF) se licitaron en la recta final del sexenio priista.
Lo anterior se explica en la misma ley, porque el gobierno entrante no puede celebrar contratos ni erogar recursos públicos.
Asimismo, la SRE detalló que la organización del evento la llevaron a cabo tanto integrantes del gobierno peñista, como representantes de la administración del político tabasqueño; y cumplió con las “normas internacionales para la celebración de ceremonias con la presencia de jefes de Estado y gobiernos extranjeros“.
Tal información la publicó el diario El Universal, después de una solicitud de transparencia que formuló, en consecuencia la SRE entregó un par de facturas a nombre de las empresas Creatividad y Espectáculos S.A de C.V y Huellas de México S.A de C.V.
