Hace unos momentos, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó sobre el cambio del titular de la Secretaría de Función Pública (SFP); Irma Eréndira Sandoval ha sido reemplazada por Roberto Salcedo Aquino.
Roberto Salcedo es un reconocido administrador público a nivel nacional. Fungía como Auditor Especial del Desempeño de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) desde hace trece años, y hasta hoy desempeñaba el cargo de subsecretario de Fiscalización y combate a la Corrupción.
Es licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la UNAM. Maestro de carrera por oposición en el área de administración pública en la Facultad de Estudios Profesionales Acatlán de la UNAM, donde fue director de las carreras de Ciencias Políticas y Administración Pública, y Relaciones Internacionales.
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Asimismo, Salcedo trabajó en Banobras de 1996 a 1998 y de ahí pasó a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) de ese año al 2000.
Con 48 años en el servicio público, ha desempeñado los siguientes cargos: Director de Producción de la Comisión de Libros de Textos Gratuitos; Delegado Regional de la Secretaria de Programación y Presupuesto; Oficial Mayor en tres dependencias: Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología, Departamento del Distrito Federal y Secretaría de Relaciones Exteriores; Director General Adjunto de Banobras; Subsecretario de Desarrollo Urbano en la Secretaria de Desarrollo Social.
¿Qué hará Eréndira Sandoval?
Por su parte, Sandoval Ballesteros agradeció el respaldo recibido por López Obrador e informó que volverá como directora del Laboratorio de Documentación y Análisis de la Corrupción y Transparencia de la UNAM.
“No tengo más que palabras de agradecimiento, por permitirme caminar justo a usted en este gabinete, el primero paritario. De haber recibido su confianza y respaldo para desarrollar las tareas más importantes del inicio de la administración”, apuntó.
El motivo de su salida, según con distintas fuentes es porque López Obrador habría perdido la confianza en ella. Desde hace varios meses ya no tenía vínculo directo con el presidente. Esto se fue agravando al punto de que era poco vista en Palacio Nacional y necesitaba de terceros para enviar algún mensaje a quien había depositado su confianza en ella.
El Ejecutivo federal, de acuerdo con las fuentes, se molestó más cuando se le relacionó –a ella y a sus más cercanos– con el escándalo que terminó con la candidatura de Félix Salgado Macedonio.
AIS
