La dirigencia del PAN denunció penalmente a la señora Blanca Alcalá, candidata del PRI al gobierno de Puebla.
Según dijeron, acusan a la tricolor de enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Probablemente, los panistas tienen razón. Las autoridades deberán resolver si la señora Alcalá es todo lo que dicen los señores del PAN.
Sin embargo, lo que los azules no dijeron es que su candidato, Antonio Gali, también ha sido exhibido y acusado de enriquecerse luego de su paso por la secretaría de Obras del gobierno de Puebla.
Tampoco dijeron que el tráfico de influencia ha sido la marca de la campaña de Gali. Apenas ayer le comentamos que las autoridades de Puebla parecían hacer el trabajo sucio del PAN al decomisar panfletos que exhibían al gobernador Moreno Valle.
Y no son pocos los que sostienen que la campaña de Gali estaría financiada con dinero del gobierno de Puebla; es decir, tendría una procedencia ilegal.
Por eso preguntamos, ¿no será que el PAN –con su denuncia contra Blanca Alcalá–, se mordió la lengua? ¿o será que como dice el dicho, que en Puebla es tan cochino el pinto como el colorado?
