Luego de que un tribunal federal dejó sin efecto el auto de formal prisión contra José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala, Guerrero, su abogado, Luis Argüelles, indicó que ni el ex presidente municipal ni su esposa, María de los Ángeles Pineda, están acusados directamente por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
¿Pero de qué se les acusa? De acuerdo con el juez Séptimo de Distrito en la materia, las acusaciones imputadas en contra del exalcalde y su esposa son por delincuencia organizada y lavado de dinero; sin embargo, Abarca no recuperará su libertad.
A 6 años de la desaparición de los 43 normalistas, el caso sigue impune y pese a que el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, se comprometió por esclarecer el caso cuando era contendiente a la presidencia de México, hoy solo les ha dado a los padres de las víctimas demagogia política.
A raíz del caso Iguala, sale a la luz que López Obrador, sabía perfectamente de las corruptelas que imperaban en el gobierno de Luis Abarca y por si fuera poco, de sus nexos con el grupo criminal “Guerreros Unidos”, de acuerdo con una entrevista de El Financiero en 2017, pobladores advirtieron a AMLO sobre los crímenes de Abarca. Sin embargo, éste lo siguió apoyando.
“Yo vi el escrito que Óscar Díaz (entonces dirigente del PRD) entregó a Andrés Manuel López Obrador en el que advertía que Abarca estaba metido con los Guerreros Unidos y él no hizo caso”, dijo a La Opinión el político del PRD.
“Por eso los pobladores no perdonan a López Obrador”, advierte el diario La Opinión, de Los Ángeles, en un reportaje en el que recoge el testimonio de personas afectadas por los altos índices de inseguridad en aquel estado.
“Aquí era tranquilo hasta que el PRD dejó que José Luis Abarca le quitará la candidatura a Óscar Díaz, que era el candidato natural”, dijo a ese diario una mujer a la que por seguridad únicamente se le identifica como Angelina.
Sin duda alguna hay un trasfondo de impunidad política por parte del titular del Ejecutivo, dejando entrever las intenciones de buscar la libertad de José Luis Abarca, con un solo objetivo, limpiar su investidura política de toda relación con el caso y que esto a su vez, no dañe su carrera presidencial.
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Recordemos que en marzo de 2017, López Obrador protagonizó un escándalo en Nueva York durante una gira que realizaba en apoyo a migrantes cuando el padre de uno de los desaparecidos de Ayotzinapa, Antonio Tizapa, le reclamó por la supuesta complicidad u omisión del político en el caso, incluso para llevar a la gubernatura a Ángel Aguirre. “Cállate, provocador”, le gritó AMLO.
Es más que evidente que la imagen de López Obrador ya está manchada por todos los actos de corrupción que han protagonizado sus familiares e incluso personal de su gabinete, pero si en dado caso se llega a esclarecer la complicidad de figuras políticas en la desaparición de los normalistas y la omisión por parte de AMLO, su “chistecito” le saldrá muy caro.
No hay duda que López Obrador es cómplice, y debe de dar la cara por apoyar al alcalde de Iguala sabiendo de sus nexos con el narco.
SG
