México. Desde el pasado 19 de septiembre, cuando ocurrió el derrumbe del Colegio Rébsamen dejó a 41 habitantes de dos edificios contiguos fuera de su hogar pese a que sus departamentos no sufrieron daños.

Ya que el único acceso a sus departamentos permanece bloqueado por polines colocados por Protección Civil para evitar el colapso de una de las pocas estructuras de la escuela que quedaron en pie.

Esos soportes y un litigio legal, que convirtió al Rébsamen en objeto de investigación por parte de la Procuraduría capitalina (PGJ), les impiden volver a casa convirtiéndolos en los otros damnificados del Rébsamen.

“Nuestro edificio está bien. Si hubiéramos tenido la fortuna de que no hubiera decesos en el Colegio, no existiría una razón para no haber retirado ya los escombros por parte de las autoridades”, lamenta José Antonio Rosas, vecino afectado.

La PGJ investiga la supuesta responsabilidad de Mónica García Villegas, directora y dueña del plantel en el que fallecieron 25 personas, por lo que el predio está sujeto a peritajes como un elemento de prueba, y no pueden realizarse modificaciones a lo que queda del inmueble.

Mientras tanto, los habitantes de Rancho Tamboreo 21 ya cumplieron dos meses fuera de casa sin saber cuándo volverán.

Con información del diario Reforma

EM