Pese a la crisis mundial por el COVID-19 y que se percibe una recesión económica, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que mantiene su proyección de crecimiento económico al 4% anual y de 6% al finalizar su sexenio.
Ojalá tuviera razón, y no fuera otra más de sus fantasías y palabras dichas al aire, porque eso dicen “sus datos”; pues con eso de que primero dice que la pandemia le “vino como al anillo al dedo” y ahora dice que “íbamos bien hasta que llegó la pandemia“, pues no suena tan factible creerle.
Y bueno, hablando de locuras, López reiteró que se encuentra trabajando en su indicador de felicidad y bienestar del pueblo, y sostuvo que se pueden medir ambos parámetros (el PIB y el bienestar), para así asegurar que el crecimiento sea equitativo y no genere desigualdad.
“Tenemos el indicador del Producto Interno Bruto del crecimiento, pero al mismo tiempo tenemos un indicador sobre los niveles de bienestar del nuestro pueblo porque no quiere decir que si hay crecimiento hay bienestar eso está probado que no siempre es así. Crecer es que se acumule riqueza, pero no implica que esa riqueza se distribuya con equidad”, dijo durante conferencia.
Al respecto, el mandatario mencionó que con Carlos Salinas de Gortari hubo crecimiento, pero fue cuando se registró en el país la mayor desigualdad económica y social.
“Por eso necesitamos medir de otra manera (…) bienestar material y bienestar del alma”, dijo.
