A menos de 24 horas de que se realice la consulta que decidirá el destino del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México, Javier Jiménez Espriú, próximo titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, presentó un estudio realizado por la compañía NavBlue, que avala la operación simultanea del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y de la Base Militar de Santa Lucía.
El documento de 54 páginas explica que la operación de los dos aeropuertos es viable si se realizan las modificaciones necesarias, como la reubicación del faro aéreo de San Mateo y la capacitación de controladores aéreos. Además, precisó que se deben hacer estudios complementarios sobre la viabilidad económica, conectividad, infraestructura y de preparación de controladores aéreos.
En conferencia de prensa, Jiménez Espriú afirmó que según este estudio, la operación conjunta del actual aeropuerto y de la base militar de Santa Lucía podrían alcanzar las 140 operaciones por hora, a diferencia de las 60 o 70 operaciones por hora que actualmente tiene el AICM.
De acuerdo con el ingeniero, este estudio se hizo para recalcar que Santa Lucía si es una opción viable para construir. Sin embargo, hay que resaltar que este es el único estudio que respalda formalmente al proyecto de la base militar, en contraste con los dictámenes de organismos como Mitre, el Colegio de Ingenieros Civiles de México, la Unión Mexicana de Asociaciones de Ingenieros Civiles el Consejo Coordinador Empresarial y el Instituto Mexicano de Competencia Económica, que concluyen que el proyecto del nuevo aeropuerto de Texcoco es la opción más viable.
Jiménez Espriú destacó que un estudio realizado por la Organización de Aviación Civil Internacional, dependiente de la ONU, consideraba el proyecto de Santa Lucía como una opción viable. Sin embargo, la propia agencia desmintió los dichos del ingeniero, y aclaró que no se estudió la propuesta de Santa Lucía como una alternativa complementaria, y que el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México es la opción más viable para atender la demanda a largo plazo.
En contraste, diversos estudios realizados por asociaciones civiles concluyen que el proyecto de Texcoco causaría un grave daño ambiental en la zona, además de la destrucción del hábitat de más de 120 mil especies de aves migratorias.
