¿Por qué nos ponemos futuristas?. La respuesta es sencilla, sea cual sea el resultado de esta elección, este año es el fin de las elecciones tal y como las hemos conocido desde la primer mitad del siglo XX hasta ahora, según señala el analista Fernando Dworak en un artículo publicado este 5 de abril en la revista “indicador político”.
Y es que en 2021 el escenario político se modificará por la reelección municipal y legislativa, algo que no se había visto desde la reelección fallida de Álvaro Obregón en 1928.
La reforma al artículo 59 constitucional —que data de 2014— permite la reelección de legisladores y alcaldes. Este escenario se vio en la elección del año pasado en Nayarit y Coahuila; donde ya hay alcaldes y diputados locales en un segundo mandato consecutivo.
Esto puede reducir el costo de las campañas, el ciudadano va a poder refrendar —si así lo desea— que su alcalde o diputado local o federal siga representádole. También permitirá a la oposición a buscar un perfil idóneo para hacer mella y ofertar un mejor trabajo municipal o legislativo según sea el caso. Todo esto podremos verlo desde la próxima elección del 2021.
Aquí también va a permitir el empoderamiento de los personajes que sean electos y formen una estructura política propia, al margen de los partidos. Esto puede ocasionar un chantaje de estos personajes a los partidos, que además se verían erosionados ante la falta de credibilidad que están teniendo este año.
Si sumamos también las escandalosas salidas de personajes mediáticos y de poca relevancia en trabajo territorial que están saltando a Morena, ello demuestra que los políticos ya no ven a los partidos como parte de su proyecto a futuro, debido a la erosión y falta de credibilidad de TODOS los institutos.
En este sentido, el PRI enfrenta señalamientos de corrupción; la alianza PAN-PRD se presenta como una opción antinatural, incapaz de ofrecer una propuesta clara; y Morena es el patrimonio exclusivo de López Obrador, que terminará heredando a sus hijos -José Ramón y “Andy”-.
Por otro lado, Dworak indica la importancia de las redes sociales de cara a la próxima elección. Afirma que la decisión del INE de transmitir los debates en Periscope para abrir a más audiencias el debate crea el riesgo de contaminarlos con las legiones de idiotas, a las que hacía referencia Umberto Eco, y que tratarán de imponer su verdad.
Al final se verá el juego de dos discursos, el viejo del “Nacionalismo revolucionario” o uno nuevo que aún no tiene forma, pero está en las manos de los ciudadanos cambiarlo y llevarlo a un mejor puerto, apunta el analista
La invitación a los ciudadanos está abierta, ver el panorama hacia el 2021, generar una nueva forma de gobernar, con base en resultados y acotada por los ciudadanos.
