PARA PROTESTAS ESTAMOS

No soy abogado defensor del presidente, pero como parte del fenómeno político, lo menos que es posible hacer, es pedir a sus opositores creatividad, ingenio y congruencia, tres elementos que en ocasión de esta nueva arremetida, les faltaron de manera más que evidente.

Y es que en aras de propinar un disgusto al hombre de la Chontalpa, la oposición tomó como bandera, los más rancios, los más acedos, los más inoportunos postulados del feminismo radical, para hacer aparecer al oriundo de Macuspana, como un individuo torvo, brutal e insensible. Para este efecto, tomaron el pretexto de los feminicidios y utilizo semejante término (pretexto) porque me parece que su uso, implica graves errores en lo jurídico, en lo sociológico y hasta en lo político.

La teoría general del derecho nos dice que una de las principales características de la ley es su generalidad, es decir, su aplicación para todos, su obligatoriedad, que hace permanente cumplirla y su caracter abstracto e impersonal, esto es, que no puede ser utilizada para casos particulares y en tal virtud, es que las leyes exclusivas o aplicables para un determinado sector o grupo social, son por definición, deficientes desde el punto de vista técnico, pues encubren injusticias y desequilibrios abiertos o solapados.

Hablar de feminicidios desde el punto de vista de la técnica jurídica, es también un error, toda vez que cumplido el presupuesto de la igualdad legal, castigar con mayor penalidad el asesinato de una mujer, que el de un hombre, implica admitir tácitamente que su vida es más valiosa que la del varón, situación que rompe el paradigma de equidad, pero claro, esto a las feministas les tiene sin cuidado, porque estas nunca buscan equilibrar o equiparar, sino prevalecer sobre el varón.

Sociológicamente hombres y mujeres son seres con derechos, obligaciones e igualdad ante la ley. De suerte tal, sociológica y jurídicamente es una aberración hablar de feminicidios (hasta gramaticalmente), porque el término hombre, léase humano, involucra hombres y mujeres y hablar de feminicidios, implica de alguna manera, en convenir que las mujeres no pertenecen a la especie humana.

Freud hablaba de que el feminismo es una suerte de machismo y lo hacía con toda razón, toda vez que se trata de prevalecer despóticamente y de imponerse sobre el prójimo y nunca de propiciar el diálogo y los puntos de encuentro. Las visiones sexistas y extremas, nunca unen y siempre separan. Lo único que buscan, es atizar diferencias.

Y en lo que respecta a lo político (que está situado de manera muy cercana a lo económico) pretender dejar de trabajar un día, es una locura, que solo sería comprensible si viviéramos en jauja y aún así sería cuestionable, porque es un hecho que muchísimas personas lo están tomando como pretexto para la flojera y la irresponsabilidad; como una manera de dejar de cumplir con las obligaciones, importándoles un bledo los motivos.

Es un hecho que el día del paro y ante la postura permisiva de empresas e instituciones, el país va a sumirse en una magna borrachera y amanecerá con una inmensa cantidad de crudos de ambos sexos (ahí si se va a lograr la igualdad), que tomarán el asunto como pretexto para sus desmanes. Seguramente después de un día sin mujeres, a alguna mente brillante, se le ocurrirá un día sin hombres y así seguiremos en una pachanga de posturas falaces y panfletarias.

Porque señoras y señores, México en este momento, no está para paros ni para actitudes insensatas: es momento que todos sus hijos se pongan a trabajar en beneficio de la patria.

Es momento que todos (comenzando por el gobierno) admitamos que la inseguridad es un problema grave y convengamos en que se están matando hombres y mujeres por igual y que cualquier vida que se pierda, es igualmente inadmisible y lamentable, porque para eso se supone, tenemos autoridades, leyes e instituciones.

Es momento que convengamos que la inseguridad no se soluciona con buenas intenciones. Que lo de abrazos y no balazos, suena muy bien, pero es irreal. Es preciso que nos percatemos que más que aumentar penalidades, lo que es indispensable es QUE LA LEY SE CUMPLA y que si diferimos o discrepamos del gobierno en turno, debemos desplazarlo con ingenio, creatividad y congruencia, porque es el colmo, que muchos de quienes han auspiciado y promovido, los esquemas que hoy hipócritamente critican, quieran aparecer como los adalides de lo contrario.

Concluyendo: que las mujeres falten al trabajo un día y no salgan a las calles o incluso que protesten, no va a solucionar nada. Me pregunto: ¿porqué no imitamos a los japoneses y nos ponemos a trabajar juntos para transformar la realidad? La inseguridad solo tiene una forma de erradicarse y es a través de la educación. De promover los valores, preservando a la familia, como núcleo social, pero sobre todo, predicando con el ejemplo, que es lo que más arrastra y convence. Porque muchos de los que hoy pretenden alzar la voz, son todo aquello contra lo que lucharon hace años.

En cuanto a Lopez Obrador, la protesta lo único que hará es fortalecerlo, porque le prestará ocasión de figurar como tolerante y comprensivo, porque a pesar de sus limitaciones, no cometerá el error de sancionar a nadie. Así que le hará lo que el viento a Juárez. Si pretenden desacreditarlo, deberán hacerlo de una manera mucho mejor. Quede para la reflexión.

Dios, Patria y Libertad