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¿Alianzas que abren camino al PRI?

Hace días, las dirigencias nacionales del PAN y del PRD anunciaron que harían una alianza en Zacatecas y en Durango. Es decir, que en la elección de gobernador del próximo mes de junio, tanto azules como amarillos empujarán una candidatura única en estas entidades.

Sobra recordar que este experimento fue exitoso hace cinco años. En 2011, las alianzas entre el PAN y el PRD desplazaron al PRI en Sinaloa, en Puebla, en Oaxaca y en Guerrero.

No obstante, tampoco está de más mencionar que la mayoría de los gobiernos aliancistas fueron bastante malos. Basta recordar la ausencia de autoridad en la Oaxaca de Gabino Cué, los comportamientos despóticos de Rafael Moreno Valle en Puebla o la administración fallida de Ángel Aguirre en Guerrero.

A la vista de todos, las alianzas entre la derecha y la izquierda dejaron más damnificados que beneficiados.

Sin embargo, en lo que corresponde a las dos alianzas que habría el próximo año —en Zacatecas y en Durango—, existen más cuestionamientos. Y es que, al botepronto, parece que la oposición se acerca para abrir paso al priismo local.

Vayamos por partes.

Durango es uno de los nueve estados que no conoce la alternancia. Es decir, ahí siempre ha gobernado el PRI.

Conscientes de su ventaja, los priistas anunciaron —a principios de diciembre— que su candidato al gobierno estatal sería el ahora ex dirigente del tricolor en Durango, Esteban Villegas Villarreal.

Por su parte, en 2010, otra alianza entre el PAN y el PRD intentó —sin éxito—, arrebatar el gobierno al PRI. Es decir, que se trata de una fórmula probada y fallida. Pero eso no es todo; la inexistencia del perredismo en aquella entidad deja ver que la alianza sería poco útil. En los hechos —con un PRD casi invisible—, el panismo iría prácticamente solo en la búsqueda del gobierno de Durango.

Por otro lado, en Zacatecas, el enemigo a vencer se llama Morena. Todo apunta a que David Monreal –hermano del delegado Ricardo Monreal—, será el abanderado de Morena en Zacatecas. Y como seguramente está enterado, Ricardo Monreal ya gobernó aquel estado. De hecho, la familia Monreal es una de las que monopoliza el poder zacatecano. Por eso, no son pocos los parientes de los Monreal —directos y otros no tanto—, que ocupan espacios en el servicio público.

Por todo lo anterior, algunos hablan de que Zacatecas sería el primer estado gobernado por Morena. De modo que, si el PAN y el PRD se consolidan como un bloque de unidad, prácticamente dejan el camino libre al PRI. ¿Por qué? Porque el priismo mantiene su voto duro pero el resto de los electores se repartirían entre la candidatura de Morena —con David Monreal—, y la candidatura de unidad del PAN y del PRD. Es decir, esta alianza atomizaría a la oposición.

Frente a este escenario, no sobra preguntar, ¿qué pretenden el PAN y el PRD con aliarse en Durango y Zacatecas? En el primero —Durango— fracasó el intento hace seis años y en el segundo —Zacatecas—, la estrategia debe ser una oposición consolidada y no una en fracciones. ¿Cuál será la estrategia de los dirigentes azules y amarillos?

Por lo pronto, es evidente que tanto la derecha como la izquierda demuestran que lo suyo no es crear cuadros, que lo suyo no es construir ciudadanía y que lo suyo no es fortalecer posiciones al interior del país. Una vez más, PAN y PRD dejan ver su oportunismo, su falta de principios y la ausencia de un proyecto de gobierno sólido.

En la víspera de un agitado año electoral, volvemos a ver a los políticos de siempre echar mano de instrumentos fallidos —que nos dejaron gobiernos deficientes—, para asegurar una renta política y sus espacios de poder.

Tal parece que los resultados electorales no dijeron mucho a la clase política mexicana. Todo indica que la oposición seguirá haciendo lo mismo que hizo durante años. Y si la lógica no falla, los que hacen lo mismo muchas veces… seguramente tendrán los mismos resultados. Lástima.

Pablo Iglesias, ¿el Hugo Chávez español?

El domingo 20 de diciembre, España regresó al espectro mediático internacional. ¿La razón? Sus elecciones generales. Es decir, la elección de los diputados y senadores que encabezan el poder legislativo español.

Como seguramente está enterado, el partido con más votos fue el Partido Popular —que actualmente gobierna el país—; en segundo puesto, con sólo seis puntos menos, se encuentra el Partido Socialista Obrero Español —PSOE—, mientras que el tercer lugar —con dos puntos menos que el PSOE—, fue para la coalición que encabeza el partido Podemos de Pablo Iglesias.

Este reparto de posiciones tiene a España en un momento de transición. Y es que —por primera vez desde que concluyó la dictadura de Francisco Franco—, el Congreso español no está dividido en sólo dos fuerzas. Es decir, que en España se acabó el bipartidismo.

Pero hay más. El gobierno español se vio obligado a buscar alianzas con el resto de los partidos. Sólo una coalición —ya con el gobierno, ya de oposición—, permitiría la discusión y aprobación de leyes en un congreso dividido.

En esta lógica, Mariano Rajoy —el presidente de gobierno español—, se ha reunido con los principales líderes de la oposición. Y mientras que unos —como Podemos—, aseguran que no habría un acercamiento con el gobierno de Rajoy; otros —como el PSOE—, negocian las condiciones de un eventual acuerdo, o si lo prefiere, venden caro su amor.

Es así que, hace horas, Pablo Iglesias —líder de Podemos—, se reunió con Mariano Rajoy. Luego del encuentro, Iglesias declaró que existe la amenaza de que se construya un bloque de restauración —entre el PP, el PSOE y alguna otra fuerza menor—, una gran “coalición a tres”.

Fiel a su costumbre, Iglesias habló de un pacto entre quienes integran la “casta” del poder y colocó a su partido —Podemos—, como la única oposición real al “bloque inmovilista a tres”; es decir, a la eventual alianza entre el partido en el poder y otras fuerzas políticas.

Al botepronto, este discurso reaccionario y de polarización se antoja familiar. Los mexicanos hemos visto un armado similar en la figura de Andrés Manuel López Obrador. Mientras que el resto del continente Americano ha escuchado a otros como Hugo Chávez —en Venezuela—, Rafael Correa —en Ecuador—, Evo Morales —en Bolivia— y la señora Cristina Fernández en Argentina.

Por eso, más de uno pregunta, ¿será que Pablo Iglesias es el nuevo Hugo Chávez?

Sin duda, existen similitudes entre los personajes. Por ejemplo, se habla de cómo Iglesias se refiere a la “casta” del mismo modo en que Chávez renegó del “capital” o de la oligarquía. También hay quien comenta la forma en que Iglesias se refiere a la empresa privada. Igual que Chávez, Iglesias mantiene una postura ambigua frente a la disyuntiva entre la privatización y la expropiación. Hoy, a la vuelta de los años, sabemos que Chavez convirtió la figura de la expropiación en uno de sus instrumentos más efectivos para la presión y la persecución de adversarios.

De igual forma, tanto Chávez como Iglesias se caracterizan por su tendencia hacia la megalomanía, la demagogia y el discurso populista. Por eso no sorprenden los comparativos entre el difunto líder bolivariano y el ascendente Pablo Iglesias.

Sin duda, resulta curioso que mientras la Venezuela chavista se cae a pedazos —igual que los argentinos expulsaron de la Casa Rosada al kirchnerismo–, en España surte efecto una apuesta de corte chavista: Podemos.

Es igualmente sintomático que algunas figuras —como Juan Carlos Monedero— estuvieran detrás de los gobiernos chavistas en América Latina —como asesores de Chávez, por ejemplo—, y después tuvieran una participación relevante en el afianzamiento de Podemos.

Por todo esto, viene a cuenta preguntar, ¿cómo es que un importante sector del electorado español se dejó convencer por el proyecto chavista de Podemos? ¿dónde está el atractivo de una propuesta que fracasó en otras partes del mundo? ¿por qué algunos apoyan a un partido que dice lo que tiene que decir, cuando lo tiene que decir y después olvida lo dicho? Basta recordar que, en un principio, Podemos se presentó como un partido anti sistema; no obstante, el partido de Iglesias ahora se asume como una agrupación de centro. Es decir, este camaleón de la política española parece adaptar su discurso a la coyuntura y poco o nada le importan la ideología o el derrotero político.

¿Qué verán los españoles en este proyecto deficiente y hasta incongruente? ¿Será que, como ocurre en México, la oferta de políticos capaces y competentes es tan limitada que prefieren apoyar a un improvisado cuya lealtad, según parece, están con su proyecto político y con él mismo?

La Ley del 28 de Diciembre

Por: Martín Caparrós

Hay un día por año en que la prensa te dice que te miente –y ese día es hoy. Por lo menos, en el mundito del idioma castellano. Allí –aquí– lo llamamos Día de los Santos Inocentes, por otra matanza de miles de niños casi sirios, palestinos: nuestra tradición católica decidió que, para evocarla, lo mejor era contarnos chistes.

Otras culturas usan para eso el 1 de abril, menos sangriento: franceses e italianos, metafóricos, lo llaman Poisson d’Avril o Pesce d’Aprile –pescado de abril–, allí donde los anglos, más directos, imponen la evidencia: para ellos es el Fool’s Day, el día del tonto. En todas, en todo caso, los medios comparten la intención: convencerte de que ese día hacen algo muy distinto de los demás días. Lo que hacen, sabemos, es incluir una noticia falsa, presentada como una broma –para poder decir que la inocencia te valga o eres tonto o eres un pescado.

Es un viejo truco y todavía les sirve: al decirte que un día al año publican algo que no es verdad, te están diciendo que 364 días al año sólo publican cosas que sí lo son, sin duda alguna. Tiempos hubo en que los medios se decían objetivos; ahora empiezan a aceptar que no hay objetividad posible cuando existe un sujeto que relata –y en cualquier diario, cualquier noticiero, cualquier información, siempre hay un sujeto que relata. Entonces se dicen neutrales, y es igual de falso: los periodistas y las empresas periodísticas tenemos nuestras fobias y filias, intereses, prejuicios, ideas sobre el mundo que –más o menos velados, más o menos reprimidos– aparecen en lo que contamos, en cómo lo contamos. No porque seamos malvados o perversos o manipuladores: sólo porque la forma en que cada cual mira y piensa el mundo define, inevitablemente, lo que elige contar. En eso consiste, al fin y al cabo, nuestro oficio: en decidir, ante cualquier situación, qué debe ser contado. Pero los medios no suelen aceptarlo; les dicen a sus lectores que les dan “la realidad”, verdades más o menos absolutas, y que deben leerlos con confianza más o menos ciega: creerles.

Y eso, todos los días salvo el 28 de diciembre: entonces medios y lectores se vuelven diferentes. Hoy los lectores recorreremos nuestro medio amigo con la alarma activada. Sabremos que en algún lugar se esconde la falsía confesa y, por supuesto, querremos detectarla: ah, pone que el crimen fue en una playa de Castilla; sí, claro, pero viste ésta que dice que en España hay un rey; puede ser, sí, pero y esto de que el Madrid vendió a Cristiano al Bierzo por seis toneladas de chupachús de menta. Es el momento más fecundo de nuestra relación con los medios: cuando la recepción confiada se transforma en mirada suspicaz, en crítica encendida –pensar sobre lo que nos cuentan.

Por eso he llegado a proponer, alguna vez, una Ley del 28 de Diciembre, que obligara a los medios a incluir, todos los días, una noticia falsa –para que sus lectores, sabiéndolo, ejercieran todos los días esa lectura crítica.

Era improbable que ningún Parlamento, ningún Gobierno consiguiera –o deseara– imponerla. Ni los políticos ni los editores lo querrían: tanto las grandes empresas periodísticas como los grandes gobiernos periodísticos necesitan que sus consumidores o súbditos les crean cuanto más mejor. Pero en muchos lugares la dinámica social, en su sabiduría levemente cruel, se adelantó. En los países latinoamericanos gobernados por la derecha populista, por ejemplo, los enfrentamientos entre Gobiernos y medios lograron que la mayoría de los lectores sospecharan que todo texto publicado tiene un autor y una intención y aprendieran a leer con espíritu crítico. Allí la sociedad, como suele pasar, se adelantó a la ley.

 

Tomado de El País

#MásPoesía Antonio Plaza

El poeta y el fraile

 

En púlpito lujoso encaramado,

pobreza el fraile con fervor predica,

y las ventajas del ayuno explica,

diciendo que la gula es gran pecado.

 

El hambriento poeta desdichado

encomia en su zahúrda triste y chica,

el lujo, los placeres y la rica

mesa, que tiene gusto delicado.

 

¿Por qué el fraile que traga sin conciencia,

quiere que expire su rebaño de hambre?

¿Por qué el poeta encomia la opulencia,

 

cuando carece de camisa y fiambre?

Porque en el mundo, con diversos modos,

todos procuran engañar a todos.

 

Tomado de la antología de Juan Domingo Argüelles: Poesía mexicana. De la época prehispánica a nuestros días.

Senadores solicitan información sobre proyecto de ampliación del Metro

Hace horas, el Senado de la República solicitó al presidente Enrique Peña, al gobernador mexiquense Eruviel Ávila y al jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, que entreguen un informe detallado con los pormenores sobre la ampliación de algunas de las líneas del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Los legisladores pidieron que los mandatarios expliquen el proceso de planeación, de programación y de licitación para la construcción de estas obras. A su vez, el Senado exhortó a los gobernantes a mantener informados a los usuarios –a través de una página de internet– con todos los datos disponibles sobre las construcciones.
No sobra recordar que en septiembre de 2014, se anunció el plan de extender algunas líneas del Metro. Por ejemplo, la Línea 4 iría de Martín Carrera a Ecatepec; la Línea A de La Paz a Valle de Chalco, y la línea 7 iría de Mixcoac a Observatorio.

La gran coalición

Por: Mario Vargas Llosa

Todo el mundo parece de acuerdo en que las recientes elecciones en España acabaron con el bipartidismo y una inequívoca mayoría parece celebrarlo. Yo no lo entiendo. La verdad es que ese período que ahora termina en el que el Partido Popular y el Partido Socialista se han alternado en el poder ha sido uno de los mejores de la historia española. La pacífica transición de la dictadura a la democracia, el amplio consenso entre todas las fuerzas políticas que lo hizo posible, la incorporación a Europa, al euro y a la OTAN y una política moderna, de economía de mercado, aliento a la inversión y a la empresa produjo lo que se llamó “el milagro español”, un crecimiento del producto interior bruto y de los niveles de vida sin precedentes que hizo de España una democracia funcional y próspera, un ejemplo para América Latina y demás países empeñados en salir del subdesarrollo y del autoritarismo.

Es verdad que la lacra de esos años fue la corrupción. Ella afectó tanto a populares como socialistas y ha sido el factor clave —acaso más que la crisis económica y el paro de los últimos años— del desencanto con el régimen democrático en las nuevas generaciones que ha hecho surgir esos movimientos nuevos, como Podemos y Ciudadanos, con los que a partir de ahora tendrán que contar los nuevos Gobiernos de España. En principio, la aparición de estas fuerzas nuevas no debilita, más bien refuerza la democracia, inyectándole un nuevo ímpetu y un espíritu moralizador. Acaso el fenómeno más interesante haya sido la discreta pero clarísima transformación de Podemos que, al irrumpir en el escenario político, parecía encarnar el espíritu revolucionario y antisistema, y que luego ha ido moderándose hasta proclamar, en boca de Pablo Iglesias, su líder, una vocación “centrista”. ¿Una mera táctica electoral? Tengo la impresión de que no: sus dirigentes parecen haber comprendido que el extremismo “chavista”, que alentaban muchos de ellos, les cerraba las puertas del poder, e iniciado una saludable rectificación. En todo caso, el mérito de Podemos es haber integrado al sistema a toda una masa enardecida de “indignados” con la corrupción y la crisis económica que hubieran podido derivar, como en Francia, hacia el extremismo fascista (o comunista).

¿Y ahora qué? El resultado de las elecciones es meridianamente claro para quien no está ciego o cegado por el sectarismo: nadie puede formar Gobierno por sí solo y la única manera de asegurar la continuidad de la democracia y la recuperación económica es mediante pactos, es decir, una nueva Transición donde, en razón del bien común, los partidos acepten hacer concesiones respecto a sus programas a fin de establecer un denominador común. El ejemplo más cercano es el de Alemania, por supuesto. Ante un resultado electoral que no permitía un Gobierno unipartidista, conservadores y socialdemócratas, adversarios inveterados, se unieron en un proyecto común que ha apuntalado las instituciones y mantenido el progreso del país.

¿Puede España seguir ese buen ejemplo? Sin ninguna duda; el espíritu que hizo posible la Transición está todavía allí, latiendo debajo de todas las críticas y diatribas que se le infligen, como han demostrado la campaña electoral y las elecciones del domingo pasado que (salvo un mínimo incidente) no pudieron ser más civilizadas y pacíficas.

Sólo dos coaliciones son posibles dada la composición del futuro Parlamento, el PSOE, Podemos y Unidad Popular, que, como no alcanzan mayoría, tendría que incorporar además algunas fuerzas independentistas vascas y/o catalanas. Difícil imaginar semejante mescolanza en la que, como ha dicho de manera categórica Pablo Iglesias, el referéndum a favor de la independencia de Cataluña sería la condición imprescindible, algo a lo que la gran mayoría de socialistas y buen número de comunistas se oponen de manera tajante. Pese a ello, no es imposible que esta alianza contra natura, sustentada en un sentimiento compartido —el odio a la derecha y, en especial, a Rajoy— se realice. A mi juicio, sería catastrófica para España, pues probablemente las contradicciones y desavenencias internas la paralizaría como Gobierno, retraería la inversión y podría provocar un cataclismo económico para el país de tipo griego.

Por eso, creo que la alternativa es la única fórmula que puede funcionar si las tres fuerzas inequívocamente democráticas, proeuropeas y modernas —el Partido Popular, el Partido Socialista y Ciudadanos—, deponiendo sus diferencias y enemistades en aras del futuro de España, elaboran seriamente un programa común de mínimos que garantice la operatividad del próximo Gobierno y, en vez de debilitarlas, fortalezca las instituciones, dé una base popular sólida a las reformas necesarias y de este modo consiga los apoyos financieros, económicos y políticos internacionales que permitan a España salir cuanto antes de la crisis que todavía frena la creación de empleo y demora el crecimiento de la economía.

Esto es perfectamente posible con un poco de realismo, generosidad y espíritu tolerante de parte de las tres fuerzas políticas. Porque este es el mandato del pueblo que votó el domingo: nada de Gobiernos unipartidistas, ha llegado —como en la mayoría de países europeos— la hora de las alianzas y los pactos. Esto puede no gustarle a muchos, pero es la esencia misma de la democracia: la coexistencia en la diversidad. Esa coexistencia puede exigir sacrificios y renunciar a objetivos que se considera prioritarios. Pero si ese es el mandato que la mayoría de electores ha comunicado a través de las ánforas, hay que acatarlo y llevarlo a la práctica de la mejor manera posible. Es decir, mediante el diálogo racional y los acuerdos, con una visión no inmediatista sino de largo plazo. Y ver en ello no una derrota ni una concesión indigna, sino una manera de regenerar una democracia que ha comenzado a vacilar, a perder la fe en las instituciones, por la cólera que ha provocado en grandes sectores sociales el espectáculo de quienes aprovechaban el poder para llenarse los bolsillos y una justicia que, en vez de actuar pronto y con la severidad debida, arrastraba los pies y algunas veces hasta garantizaba la impunidad de los corruptos.

España está en uno de esos momentos límites en que a veces se encuentran los países, como haciendo equilibrio en una cuerda floja, una situación que puede precipitarlos en la ruina o, por el contrario, enderezarlos y lanzarlos en el camino de la recuperación. Así estaba hace unos 80 años cuando prevaleció la pasión y el sectarismo y sobrevino una guerra civil y una dictadura que dejó atroces heridas en casi todos los hogares españoles. Es verdad que la España de ahora es muy distinta de ese país subdesarrollado y sectarizado por los extremismos que se entremató en una guerra cainita. Y que la democracia es ahora una realidad que ha calado profundamente en la sociedad española, como quedó demostrado en aquella Transición tan injustamente vilipendiada en estos últimos tiempos. Ojalá que el espíritu que la hizo posible vuelva a prevalecer entre los dirigentes de los partidos políticos que tienen ahora en sus manos el porvenir de España.

Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2015.

© Mario Vargas Llosa, 2015

 

Tomado de El País

Van por mayor desarrollo en Chiapas, Guerrero y Oaxaca.

El Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República señaló que las Zonas Económicas Especiales son áreas delimitadas geográficamente, con ventajas naturales y logísticas, que facilitan la inversión directa para convertirse en una región altamente productiva y traer mayor bienestar a la población.
Chiapas, Guerrero y Oaxaca son las tres entidades federativas más rezagadas del país. En consecuencia, los tres estados serían los principales beneficiados con el establecimiento de dichas zonas.
En las tres entidades –donde se concentra aproximadamente 10 por ciento de la población nacional– el analfabetismo oscila entre el 16 y 17 por ciento.
Por estas razones, “el Ejecutivo federal propondrá el establecimiento de las Zonas Económicas Especiales en: Puerto Chiapas, Puerto Lázaro Cárdenas, y el Corredor Transístmico; lugares con alto potencial productivo y logístico, con posibilidades de enlazarse con el resto del país y nuevos mercados internacionales”.

¿Pelean por el Papa?

En la víspera navideña, el Episcopado Mexicano anunció que durante la visita a México del Papa Francisco, no habrá actos masivos en el Auditorio Nacional. Según se dijo, la agenda del 14 de febrero –fecha en que habría ocurrido el evento–, estaba saturada.

Es probable que, como hizo público el Episcopado, era demasiado ambicioso encabezar una misa en Ecatepec –estado de México–, visitar un hospital pediátrico en la Ciudad de México y además, llevar a cabo el evento en el Auditorio Nacional.

No obstante, estos ajustes en el itinerario papal dejan ver que no existe un acuerdo en los detalles de la visita a México del Papa Francisco. Es decir, que a pesar de los dos años de negociaciones, de presiones y de promesas sin cumplir; continúa el estira y afloja entre el Vaticano y el Episcopado Mexicano.

En otras palabras, que sigue la lucha por el Papa.

No está de más señalar que la celebración en el Auditorio Nacional habría reunido al Pontífice con artistas, intelectuales y políticos. Tampoco sobra recordar que en febrero del próximo año –fecha en que el Papa estará en nuestro país–; México vivirá un agitado proceso electoral. Por eso, no sería extraño que la cancelación de dicho evento tenga algún tinte político. Después de todo, el Papa Francisco ha expresado su rechazo a servir como instrumento de propaganda electoral.

Como sea, a todas luces se percibe la tensión en las negociaciones del Vaticano con los responsables en México de la visita papal. Y resulta curioso que en plena temporada navideña –cuando la tradición católica habla del amor al prójimo y de los tiempos de paz–; la alta jerarquía católica convierta al Papa Francisco en un intrumento de negociación y de presión.

La pregunta es, ¿qué tan lejos llegarán estas negociaciones? ¿será que habrá más cambios en el itinerario papal?

Colima; dos semanas de campañas

Hace un par de días, concluyeron las dos primeras semanas de campaña en el estado de Colima.

Como seguramente recuerda, el Tribunal Electoral invalidó el proceso para elegir gobernador en aquella entidad. Por eso fue necesario repetir el ejercicio.

Es así que desde el 10 de diciembre pasado, los candidatos del PAN y del PRI disputan –por segunda ocasión–, los votos de los colimenses. Pero, ¿qué ha ocurrido en estas dos semanas de proselitismo? ¿los partidos han seguido las reglas? ¿el proceso ha sido más aseado que el anterior? A continuación ofrecemos un recuento de hechos:

El 10 de diciembre, la junta local del INE aprobó seis candidaturas al gobierno de Colima. Con esto dio inicio –de manera oficial–, el tiempo de campañas.

Desde sus primeros instantes, el proceso arrancó en medio de controversias. Y es que el PAN solicitó que su candidato –el senador con licencia Jorge Luis Preciado–, apareciera en la boleta con el mote “Mi gobernador”. No obstante, el INE rechazó la petición.

Por otro lado, el mismo día que iniciaron las campañas, el congreso de Colima notificó al ahora ex gobernador, Mario Anguiano Moreno, que iniciaría un juicio político en su contra. Las bancadas del PAN y del PRD acusan al ex mandatario de desviar recursos.

A su vez, los partidos –fieles a su costumbre–, inauguraron el proceso en medio de estridencias. El panista se acompañó del líder nacional de su partido, Ricardo Anaya, y juntos colocaron un anuncio espectacular a 20 metros de altura. Por su parte, el priismo –encabezado por su presidente nacional, Manlio Fabio Beltrones–, acusó a Preciado de ser un político frívolo e insistió en vincular a Preciado con una cadena de hoteles de paso.

El 12 de diciembre, el candidato del PAN –Preciado–, apareció en televisión durante las transmisiones del Teletón. Con esto detonó el mayor escándalo –hasta ahora–, del proceso de campañas.

Según se dijo, algún empresario amigo del panista habría realizado una importante donación al Teletón. En consecuencia, el hombre de negocios habría pedido que el tiempo a cuadro que correspondía al donativo, fuera para Jorge Luis Preciado. Fue así que –en una torcida interpretación legal–, Preciado apareció en medios electrónicos en un tiempo distinto al asignado por el estado.

El suceso generó todo tipo de reacciones. El candidato del PRI, Ignacio Peralta, acusó a Preciado de no tener escrúpulos y de buscar votos con las historias de dolor de los pacientes del Teletón.

En respuesta, Preciado aseguró que Teletón le había invitado a participar en el evento. No obstante, el presidente de la fundación –Fernando Landero–, calificó el acto como un abuso de la buena fe de los colaboradores del Teletón.

Tras el incidente, el Instituto Nacional Electoral pidió a los actores involucrados en la elección apegarse a las reglas de la contienda. A su vez, el representante del PRI ante el árbitro electoral –Jorge Carlos Ramírez Marín–, denunció a Preciado ante el Consejo del INE y exigió se lleve a cabo una investigación para deslindar responsabilidades.

Para el 14 de diciembre, la junta local del INE aprobó las reglas del debate que tendrá lugar el próximo 10 de enero. Según se dijo, el encuentro durará poco menos de dos horas y los candidatos deberán discutir un total de tres temas.

El 22 de diciembre, en los previos a las celebraciones navideñas, Jorge Luis Preciado solicitó licencia indefinida al cargo de senador. Se sabe que durante el tiempo que ha estado en campaña –poco menos de un año–, Preciado siguió cobrando su dieta y no pidió licencia al cargo.

Recientemente –el 24 de diciembre–, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación multó con 70 mil 100 pesos al PAN. El Tribunal argumentó que –durante la precampaña–, el partido azul habría hecho un mal uso de su tiempo de radio y televisión.

Vayamos por partes.

En los previos al arranque de la segunda campaña, el PAN registró a dos precandidatos. No obstante, en los spots de radio y televisión sólo apareció el senador con licencia Jorge Luis Preciado. Esto, de acuerdo al Tribunal, habría vulnerado la equidad de la contienda.

Finalmente, la Comisión de Quejas del INE ordenó al Congreso de Colima evitar la difusión de boletines de prensa durante el periodo electoral. De acuerdo con el árbitro electoral, esta información podría contravenir la ley electoral pues se trata de propaganda del gobierno en turno.

Como puede ver, estas dos semanas han estado llenas de escándalos, de contradicciones, de estridencias, de acusaciones y de intentos de trampa. Todo indica que un segundo proceso no hizo a los políticos colimenses más legales o menos opacos. Lo cierto es que todavía falta más de la mitad del tiempo de campañas. Por eso, si durante el arranque vimos este listado de pleitos e irregularidades, sólo queda preguntar, ¿qué veremos antes del día de la elección? Dicen algunos que “lo mejor” siempre está por venir.

Los mejores tuits del 2015… en España.

A propósito del fin de año, el País presenta su recuento de los 100 mejores tuits del 2015.

Si bien, la mayoría de entradas responden a un humor bastante ibérico, lo cierto es que no está de más echar  una mirada a las frases y ocurrencias que arrancaron una carcajada a más de un español.

A continuación reproducimos el listado de El País:

Cultura


Ciencia

Política

  Trabajo  

  Psicología  

 

 


  Sociedad  

[En un primer momento referenciamos un tuit similar de @luislorenzor, pero posterior]

Gastronomía

Tecnología

Tomado de El País.
La Otra Opinión