Home Blog Page 11374

Loas de Mancera y Peña al Papa, ¿y el Estado laico?

Primero fue el gobierno capitalino. En distintos espacios –como vallas, espectaculares y los andenes del Metro–, aparecieron mensajes de bienvenida al Papa Francisco.

Después tocó el turno al gobierno federal. A inicios de esta semana, la Primera Dama Angélica Rivera presentó un disco con canciones inspiradas en la visita del Sumo Pontífice.

En ambos casos, no está de más preguntar, ¿será que el Papa viajará en Metro y por eso se los letreros? ¿será que Francisco tendrá tiempo de escuchar el homenaje que hizo la esposa del presidente Enrique Peña?

Pero más importante, ¿será que los consejeros jurídicos de Presidencia y del gobierno capitalino se olvidaron que el artículo 40 de la Constitución Política Mexicana establece que nuestro país es una república representativa, democrática, laica y federal?

¿Será que los hombres que susurran al oído del presidente y del jefe de gobierno no saben que la laicidad implica que los Estados garanticen que exista espacio para la expresión de todos los credos?

Por donde se vea, es una torpeza que el dinero público –y la imagen del gobierno– se utilicen para arropar a un líder religioso que visita nuestro país.

Si ésta fuera una práctica común, entonces veríamos el mismo comportamiento cada que llega a México algún jerarca de cualquier otra religión. Y eso no ocurre.

De igual forma, quienes argumentan que el Estado mexicano simplemente da la bienvenida a otro jefe de Estado, olvidan que no existe evidencia de otra visita de otro jefe de Estado que amerite tapizar los andenes del Metro y que las primeras damas graben discos conmemorativos.

Por eso preguntamos, ¿a qué se deben las loas al Papa por parte de los gobiernos de Enrique Peña y Miguel Mancera? ¿cómo debemos entender estas prácticas que no empatan con los protocolos y que, al botepronto, parecen inconstitucionales?

Tiran alianza PAN PRD en Puebla por trampas de Moreno Valle

La mañana del martes, el presidente nacional del PRD, Agustín Basave, anunció que su partido no iría en alianza con el PAN en Puebla y Tlaxcala.

Según se dijo, la negativa del PAN de sumarse al perredismo en Tlaxcala habría frustrado el acuerdo en Puebla.

No obstante, el propio Basave aclaró que la decisión se debe a que el gobierno de Puebla –en manos del panista Rafael Moreno Valle–, habría intentado meter la mano en el proceso interno del PRD. En consecuencia, Basave prefirió quedar fuera del acuerdo.

No está de más recordar que aquí hemos dicho que el gobernador Moreno Valle había encomendado a su alfil –Diódoro Carrasco–, la operación de las alianzas con el PRD.

Y es que Moreno Valle pretende ser candidato presidencial de una alianza entre el PAN y el PRD en 2018.

Es decir, que las declaraciones de Basave confirmarían que la mano de Moreno Valle –y de Carrasco–, están detrás de las alianzas.

En entrevista para La Otra Opinión, los señores Leonel Godoy –ex presidente nacional del partido amarillo–, y Camerino Márquez –Secretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional del PRD–, se negaron a reconocer el trasfondo político de la fallida alianza en Puebla.

Ninguno de los perredistas aceptó que la retirada del PRD se debía a las trampas del gobierno poblano.

Para Godoy, las alianzas eran el reflejo del pragmatismo exacerbado de la dirigencia de Basave. Para Márquez, el acercamiento con el PAN en Puebla era inviable.

No obstante, aquí insistimos, la mano tramposa de Moreno Valle –y sus aspiraciones presidenciales– estarían atrás de la alianza frustrada en Puebla. Y si no, al tiempo.

Tajamar, ¿por qué hasta ahora?

De la noche a la mañana, los mexicanos se convirtieron en fervientes defensores de la noche a la mañana.

De la noche a la mañana, miles se dieron cuenta que el desarrollo industrial –y turístico–, atenta contra los ecosistemas de la península de Yucatán.

De la noche a la mañana, muchos se enteraron que existe una cosa llamada Trajamar y que la construcción de un malecón comercial ocasionó la destrucción de un manglar.

Sin duda, el ecocidio en Quintana Roo es lamentable.

La pérdida de manglares a causa del proyecto conocido como Malecón Tajamar es gravísima.

Y es igualmente penoso que se ponga en riesgo a las miles de especies animales y vegetales que habitan en la zona.

Sin embargo, no está de más señalar que la devastación en los manglares de toda la península de Yucatán –no sólo en Quintana Roo–, no es de hoy y no tiene pocos meses.

En realidad, si se observa la zona con cuidado, es evidente que alrededor del malecón Tajamar existen otros complejos hoteleros.

Es decir, que el daño ecológico ha ocurrido desde hace años.

Por eso preguntamos, ¿cuál fue la chispa que incendió la pradera? ¿por qué en este momento se convirtió en un escándalo nacional lo que ocurre en Tajamar?

Aquí creemos que detrás del revuelo mediático existe una intención política. Y es que, como ya hemos comentado, Quintana Roo es uno de los 12 estados que elegirán gobernador el próximo 5 de junio.

Acaso por eso, el gobernador Roberto Borge –sin duda, uno de los peores gobernadores en activo–, se ha convertido en el blanco de todo tipo de reclamos y acusaciones.

Por cierto, no sobra recordar que junto con Borge, otros gobernadores en el ojo del huracán son Javier Duarte –por los desaparecidos de Tierra Blanca–, y Mario López Valdez por el caso del Chapo Guzmán. Y curiosamente, en los tres estados se elegirá gobernador en junio.

Sinaloa, Quirino podría perder en la báscula: llego tarde al pesaje

La noche del lunes, en Sinaloa, venció el plazo para que los partidos políticos registren sus plataformas de alianza.

Y contra toda lógica, los representantes del PRI llegaron tarde.

En los expedientes dice que la alianza entre el PRI, el Partido Verde y el Partido Nueva Alianza se registró a la 1:19 del martes 26 de enero. Es decir, fuera del plazo.

Y aunque el abogado del tricolor, Gonzalo Estrada Villarreal, asegura que su equipo estaba en la oficina del órgano electoral 40 minutos antes de la media noche, lo cierto es que su alianza se inscribió a destiempo.

De acuerdo con Estrada Villarreal, el personal del órgano electoral estatal no los atendió a tiempo.

Sin embargo, tampoco está de más preguntar, ¿en serio había mucha gente esperando registrar la alianza? ¿no fue suficiente el plazo de semanas para inscribir su proyecto? ¿por qué si los tricolores definieron –el sábado– que su candidato sería Quirino Ordaz, llegaron con tan poco tiempo a las oficinas del Instituto Electoral de Sinaloa? ¿tan poco les importaba cumplir el trámite? ¿será que, desde el registro de la alianza, la campaña de Quirino Ordaz exhibe sus flaquezas? ¿a poco Quirino perderá en la Báscula por llegar tarde al pesaje?

Por cierto, los que sí llegaron a tiempo –minutos antes de que terminara el día–, fueron los representantes del PAN, PRD y del Partido Sinaloense; quienes se registraron como bloque de alianza.

Horas antes, el panismo había dado el visto bueno a las alianzas con el PRD en Oaxaca, Veracruz, Puebla, Sinaloa y Quintana Roo. Anteriormente lo habían hecho con Durango y Zacatecas.

No obstante, el líder nacional del PRD, Agustín Basave, advirtió que su partido avalaría una alianza con el PAN de Sinaloa si, y sólo si, el candidato era un externo.

Por eso preguntamos, ¿a quién le habló Basave?

¿Se refiere, acaso, al diputado independiente –y ex panista–, Manuel Clouthier? ¿O será que habla del líder del PAS, Héctor Melesio Cuen?

Mancera también en campaña

Históricamente, el señor Andrés Manuel López Obrador suele ser el primero en lanzar la piedra y –con frecuencia–, esconder la mano.

Históricamente, el tabasqueño elige a sus rivales y los golpea mediática y políticamente.

Históricamente, Obrador decide quién –o quiénes–, representan un peligro y comienza una feroz ofensiva contra esas personas, su trayectoria y su trabajo político.

Es así que Andrés Manuel se ha ido a la yugular de la panista Margarita Zavala, del panista Rafael Moreno Valle y de algunos priistas como Luis Videgaray y Aurelio Nuño.

Sin embargo, contrario a la costumbre, el señor Miguel Mancera –jefe de gobierno del Distrito Federal–, ensayó una estrategia distinta.

Durante el  Segundo Encuentro Internacional de la Izquierda Democrática, el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera advirtió que la izquierda no debe “sucumbir al caudillismo o a un presidencialismo sin equilibrio de poderes”. Para Mancera, “a nadie le conviene la simulación democrática, ahí debe estar la voz del progresismo” y según el gobernante, es reprobable que “algunos que se dicen de izquierda rehúyen a apoyar a la comunidad LGBTTTI”.

Evidentemente, Miguel Mancera se refería a López Obrador.

No cabe duda que, contrario a la costumbre, Mancera decidió golpear a López antes que López decidiera pegar a Mancera.

Y es un hecho que, con estas declaraciones, Miguel Ángel Mancera inauguró su campaña.

Por donde se mire, los actuales son tiempos de sucesión y el jefe de gobierno ya eligió a su enemigo a vencer y ya lo exhibió en un foro internacional que reunió a los personajes más sobresalientes de la izquierda internacional.

Con 10 estados se hacen presidentes 

La política no es una ciencia exacta. En consecuencia, las elecciones no deben verse como un ejercicio de estadística o de aritmética.

Sin embargo, el sentido común nos indica que los partidos que gobiernan los estados con más votos, tienen más oportunidades de ganar en una elección presidencial.

O si lo prefiere… que los partidos que gobiernan el estado de México, el Distrito Federal, Veracruz, Jalisco, Puebla, Guanajuato y Nuevo León controlan prácticamente la mitad de los votos.

El comentario no está de más si recordamos que los tres presidentes más recientes –Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto–, han ganado con porcentajes que van del 38 al 44 por ciento.

O si lo prefiere, que los votos que hicieron presidentes a Fox, Calderón y Peña Nieto equivalen solamente a los sufragios del estado de México y el Distrito Federal.

Por otro lado, la diferencia de votos entre Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador en 2006 equivale a la mitad de la lista nominal de Baja California Sur, que es el estado con menos electores registrados.

Mientras que la distancia entre Enrique Peña y Obrador –en 2012–, es similar al número de votantes registrados en estados como Chiapas, Guanajuato o Nuevo León.

En esta lógica, insistimos, los partidos que controlan los padrones de votos más grandes, están más cerca del triunfo electoral.

Y en este momento, de los siete estados que concentran el 50 por ciento de los votos, el PRI gobierna tres, el PAN gobierna dos, el PRD gobierna uno y el restante está en manos de un gobernador independiente.

Además, antes de la elección de 2018, se renovarán cinco de estos siete gobiernos.

Siete meses después, el PAN se deslinda de Chapodiputada

En el Itinerario Político del 16 de julio de 2015, exhibimos la relación entre Joaquín, el Chapo, Guzmán y la diputada panista Lucero Sánchez.

En aquella ocasión, documentamos las visitas de Sánchez López al penal del Altiplano, donde el Chapo estuvo recluido poco más de seis meses.

Incluso advertimos que las reuniones entre la panista y el narcotraficante se debían a que la primera esperaba un hijo del segundo y ambos decidirían si el niño nacía en México o en Estados Unidos.

A pesar de la revelación, nadie dijo nada.

Semanas después, otros columnistas expusieron otros acercamientos y otras reuniones entre el Chapo y Lucero Sánchez.

Igual que antes, nadie dijo nada.

Hoy, medio año después, la clase política finalmente despertó de su marasmo.

Tras la tercera captura del Chapo, los políticos entendieron la dimensión del problema y respondieron al hecho.

En una tardía conferencia de prensa, el presidente nacional del PAN –Ricardo Anaya–, anunció una investigación especial para descubrir quién –o quiénes– impulsaron la diputación de Lucero Sánchez.

De igual forma, se destituyó al coordinador de la bancada azul quien habría solapado las relaciones peligrosas de la diputada Lucero Sánchez e incluso estaría vinculado con cercano al Chapo Guzmán.

Tarde reaccionó el panismo, tarde respondió la clase política.

El problema, sin embargo, es que los partidos despertaron en medio del proceso electoral. Y no sobra recordar que el cinco de junio se votará por el nuevo gobernador de Sinaloa. Es decir, que en cuestión de tiempo conoceremos el efecto que tendrá la designación de la diputada Lucero Sánchez en los comicios de junio.

Timorato el debate por la marihuana

Este lunes iniciaron los foros para debatir y analizar el uso medicinal y recreativo de la marihuana.

Como seguramente sabe, estos espacios de diálogo están organizados por el Congreso mexicano.

Y aunque muchos aplauden la iniciativa y ven con buenos ojos que se retome la discusión sobre el uso del cannabis, lo cierto es que se trata de un ejercicio añejo, anacrónico y hasta timorato.

¿Por qué? Porque esta discusión sin sentido –y las que hubo antes– tienen a México varado en un debate que, en otras partes del mundo, ocurrió hace años.

Por ejemplo, en los próximos meses –junio, según se ha dicho–, las farmacias uruguayas comenzarán a vender marihuana con fines recreativos.

Luego de una larga discusión –durante la presidencia de José Mujica–, en Uruguay se autorizó la distribución y venta de marihuana en las farmacias.

En esta lógica, se espera que para mediados de este año exista la infraestructura necesaria para que los ciudadanos puedan adquirir y consumir “hierba” sin mayor complicación.

Previamente, el gobierno uruguayo –primero en manos de Mujica y ahora bajo el liderazgo de Tabaré Vázquez–, echó a andar una compleja estrategia de prevención en donde se alertó sobre las consecuencias del consumo de marihuana.

Es decir, que en Uruguay se trabajó con tiempo, con visión y con conocimiento en el proceso para regular e implementar el consumo –medicinal y lúdico– de marihuana.

En el caso contrario, México apenas discute sobre cómo discutir el uso de la marihuana. O si lo prefiere, la clase política sigue dando vueltas al tema, sigue dando largas a la discusión y sigue anclada en un asunto que, para otros países, es parte del cotidiano.

Acaso lo más cuestionable es que el carácter timorato de los tomadores de decisión tiene a México –uno de los mercados de consumo y de trasiego de marihuana más grandes del mundo–, hundido en una discusión estéril, atrasada y sin sentido.

¿Hasta cuándo?

Para entender la CDMX

Quizá esta semana el Presidente firme y ordene publicar el Decreto de reforma al DF en el que hay definiciones que marcarán los primeros pasos de la Ciudad ornitorrinco. En seguida transcribo y comento lo que dicen y dirán tres artículos constitucionales.

Artículo 40.

Dice: “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental”.

Dirá: “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, y por la Ciudad de México, unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental”.

La adición es para meter, con calzador, a la Ciudad de México entre los estados, sin ella serlo. El “pero” que suprimieron los redactores tiene sentido: condiciona la libertad y soberanía de los estados a lo que disponga la Constitución. No es ocioso; es la supremacía de la Federación.

Artículo 44.

Dice: “La Ciudad de México es el Distrito Federal, sede de los Poderes de la Unión y Capital de los Estados Unidos Mexicanos. Se compondrá del territorio que actualmente tiene y en el caso de que los poderes Federales se trasladen a otro lugar, se erigirá en el Estado del Valle de México con los límites y extensión que le asigne el Congreso General”.

Dirá. “La Ciudad de México es la entidad federativa sede de los Poderes de la Unión y Capital de los Estados Unidos Mexicanos; se compondrá del territorio que actualmente tiene y, en caso de que los poderes federales se trasladen a otro lugar, se erigirá en un Estado de la Unión con la denominación de Ciudad de México”.

Como se lee, hace lustros que Ciudad de México y Distrito Federal son sinónimos. No hay nada nuevo bajo el sol. La novedad es que borran al DF; todo porque el actual jefe de Gobierno ordenó un nuevo logotipo de la Ciudad (CDMX) y ya entrado en gastos, había que seguir con el negocio y cambiar la totalidad de la señalización, los formatos y el papel oficial. El negocio se completará con el cambio del término “delegaciones” por el de “alcaldías”, que no serán municipios pero tendrán alcaldes y cabildos (concejos).

La Ciudad no será un estado sino una entidad federativa. Pero si un día los poderes federales se mudan a otro lado, surgirá el “estado de la Ciudad de México”. Sí, así se llamaría.

Artículo 122. (Primer párrafo)

Dice: “Definida por el artículo 44 de este ordenamiento la naturaleza jurídica del Distrito Federal, su gobierno está a cargo de los Poderes Federales y de los órganos Ejecutivo, Legislativo y Judicial de carácter local, en los términos de este artículo”.

Dirá: “La Ciudad de México es una entidad federativa que goza de autonomía en todo lo concerniente a su régimen interior y a su organización política y administrativa”.

Este es el cambio más difícil de entender. La CDMX no tendrá soberanía, ya que no es un estado, pero gozará de “autonomía”, tanto en su régimen interior como en su organización política y administrativa. Lo primero -régimen interior- es de explorado derecho; lo que sale sobrando, o hay ornitorrinco encerrado, es lo segundo. El uso del concepto “autonomía” solo provoca confusión.

El municipio es libre (hay una calle con ese nombre en el DF, que no tiene municipios); los estados son libres y soberanos. La CDMX

“goza de autonomía”. ¿Respecto de quién? Se dirá que de los poderes federales, pero eso no dice ni dirá la Constitución. La UNAM goza de autonomía y se autogobierna. El INE es autónomo porque ningún poder público puede tener injerencia en sus decisiones. ¿Así será el gobierno capitalino?

Definir qué demonios es -y cómo se manifiesta- la autonomía de la CDMX será el primer quebradero de cabeza para los padres -y madres- fundadores que aprobarán la constitución (con minúscula) de la Ciudad que no es estado.

Tomado de Reforma

La CDMX

Óptica Ciudadana

Algo malo le sucede a lo que ahora es la capital de nuestro país, pues sospecho que, ni con los recientes cambios jurídicos, logrará volver a ser lo que antaño fuera, una de las mejores ciudades del mundo.

Sí, ya sé que don Mancera de la mano de don Peña Nieto, dan brincos de alegría pues consideran que esos cambios – el DF ahora se llamará Ciudad de México, tendrá su propia Constitución y, como remedo de Ayuntamientos, se elegirán Concejales – son “un paso adelante” en la vida de los capitalinos. A mi me parece que hay condiciones para dar no un paso, sino un gran salto hacia adelante pero, en fin…

Primero fueron los conquistadores españoles de quienes, por el texto de Bernal Díaz del Castillo (España, 1496 – Guatemala, 1584), “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España”, sabemos que, al llegar a la entonces Nueva Tenochtitlán, se dijeron deslumbrados por la grandeza de la ciudad. La compararon como una las más bellas del mundo entonces conocido.

Luego, fue don Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander Freiherr von Humbolt, (Alemania, 1769- 1859), mejor conocido simplemente como el Barón de Humbolt, – viajero incansable, etnógrafo, antropólogo, físico, zoólogo, geógrafo, naturalista, oceanógrafo, astrónomo, geólogo, botánico, vulcanólogo, metalúrgico, políglota, humanista, ¡uff! – quien la bautizó como la Ciudad de los Palacios.

Y, a mediados del siglo XX, el gran novelista Carlos Fuentes, sin proponérselo, creo, la denominó como “La Ciudad, más transparente del aire”. Y hoy…

Hoy, y desde hace varios años, chilangolandia, o sea la Ciudad de México, se ha venido quedando atrás, muy atrás de las grandes ciudades del orbe.

Véase el más reciente reporte anual, el que corresponde a 2014, de la Consultora Mercer. Esa compañía estadounidense, elabora año tras año, un estudio de las 460 ciudades más grandes del mundo. Estudio que toma en cuenta 40 indicadores sobre aspectos ambientales, culturales, económicos, educativos, políticos, sobre salud, contaminación, seguridad pública, y sociales de todo tipo, etc. Y resulta que ahí, la hoy CDMX (y con ella sus habitantes o sea, los cdmxeños ó cdmxsenses ¿?), sale mal parada.

Ese estudio, además de que todo mundo lo consulta, le es útil a gobiernos y empresas de todo el planeta, para saber a qué sitios, con alta calidad de vida, puede enviar trabajadores o a turistas. O no enviarlos, si la calidad de vida resulta baja.

Bien, luego de tener a la mano los reportes de todas esas ciudades, escoge 223, que son, en conjunto, las menos peores o las mejores, según se vea.

La número uno, en el mundo, es Viena (Austria), la dos es Zúrich (Suiza) y las tres siguientes también son europeas, alemanas para mas señas, Munich, Dusseldorf y Frankfort.

Del continente americano, aparecen Vancouver, Ottawa, Toronto y Montreal, todas canadienses, en los lugares 6, 14, 15 y 23, respectivamente, luego sigue San Francisco (EU), en el 27 – debajo de Singapur (Tailandia), en Asia, que queda en el 25.

Igual, de Asia aparecen cuatro ciudades japonesas, Tokio, Kobe, Yokohama y Osaka, en los lugares, 43, 47, 49 y 57, respectivamente.

Volviendo a nuestro continente resulta que un buen lugar, el 69, lo ocupa Pointe A Pitre (Isla de Guadalupe), San Juan (Puerto Rico) ocupa el 72; Montevideo (Uruguay), el 77; Buenos Aires (Argentina), el 81 y Santiago (Chile), el 93.

¡Ah! al ex DF, de México, (que es la única ciudad de nuestro país que aparece en dicho estudio) le toca el lugar 122.

Nos queda el consuelo de que estamos arriba de San Petersburgo (Rusia), que está en el 168, de Managua (Nicaragua) que se ubica en el 170, de San Salvador (El Salvador), que está en el 175; de Caracas (Venezuela), que llega al 176, de Tirana (Albania) que está en el 179, de Tegucigalpa (Honduras) que se ubica en el 181, de Uzbekistán (Rusia), en el lugar 204, de Kingston (Jamaica) en el lugar 206, de Puerto Príncipe (Haití) que llega al 221, y de Bagdad (Irak), que es el último o sea el 223 de este listado.

Por eso digo que algo malo le sucede a la capital de nuestro país, desde hace muchos años. O, cuando aparecemos en los primeros lugares, es por ejemplo, en los primeros sitios de contaminación ambiental, o de inseguridad, o de corrupción, o de ineficiencia gubernamental, o de antidemocracia. No es para presumir que, de ser antaño, “La Ciudad de los Palacios”, hoy estemos tan mal vistos en el mundo.

De ahí que mucho ayudaría, para volver a ser de las mejores ciudades del mundo, que la reforma política, recién aprobada (debió aprobarse desde 1997, pero a la izquierda gobernante se le olvidó promover dicho cambio) y festejada con bombos y platillos por la HH clase política, pues parece que el grueso de los capitalinos ni por enterados se dieron, contemple dotar de plenos derechos políticos a sus ciudadanos. Es decir, que se puedan elegir libremente, Gobernador, Congreso local y Ayuntamientos, en lugar de Jefe de Gobierno, Asamblea Legislativa y Jefes Delegacionales o remedos de aquellos.

Por lo pronto, parece que con lo aprobado por los legisladores al respecto, empezamos mal.

¿Cómo está eso de que habrá 100 integrantes de un congreso constituyente encargado de redactar y aprobar la Constitución local, pero solamente 60 electos por la ciudadanía y el resto, 40, serán designados directamente por los Partidos representados en las Cámaras y por los titulares de los Poderes Ejecutivos de la capital y del país? ¿Por qué esos privilegios a la partidocracia? Y aparte les ponen obstáculos a los posibles candidatos independientes.

¿Dónde queda el DF que, dice la doctrina jurídica, debe existir, como asiento de los poderes federales?

¿Por qué no se animó la clase política a aprobar que la hoy CDMX sea considerada como un nuevo Estado de la Federación, si ello está previsto en la Constitución General?

¿Por qué no se animaron a transformar a las hoy Delegaciones Políticas o Demarcaciones Territoriales, en Municipios y a sus gobiernos en Ayuntamientos, como es en los Estados?

¿Por qué a los futuros gobiernos (según la propuesta de Mancera y cuates que le acompañan) de las Demarcaciones Territoriales (hoy Delegaciones), que se llamarán Concejales y a quien encabece, Alcalde, no le dan atribuciones legislativas, ni le permiten el mando de su propia policía?

Ojalá que al constituyente capitalino, mismo que entrará en funciones en septiembre próximo, se le ocurra suprimir estas limitaciones o la CDMX se quedará a la mitad del camino de las grandes ciudades. Sería la mejor manera de incentivar la participación ciudadana, la cual es estratégica para lograr una mejor ciudad.

De otra manera la posibilidad de estar entre las principales ciudades del mundo, se irá alejando. ¿No creen, estimados cuatro o cinco lectores?

Notitas: Una.- Que inician los Foros formales para discutir la legalización o no del consumo de la marihuana. ¿Pará que servirán si la última palabra la tiene la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Dos.- Que si México estuvo de acuerdo con los Acuerdos de París, para combatir el cambio climático y el calentamiento global, ¿por qué se permite la destrucción de un manglar como el de Tajamar, en Cancún, Quintana Roo? Tres.– Que los Partidos inician en las Cámaras legislativa, su segundo periodo de sesiones ordinario. A ver si en lugar de realizar actos circenses, se dedican a legislar. Cuatro.– Que una reforma educativa debería incluir el aumento de horas de clase, no su disminución, ya que lo que hace falta es que los alumnos aprendan más. Cinco.– Que la presentación número 27 de mi libro, “Cuando correteábamos utopías”, es este miércoles 27 de enero, en la sede nacional del PRD (Benjamín Franklin 84, 8º piso, colonia H. Condesa, cerca del Metro Patriotismo, en la CDMX). Los presentadores son Lídice Rincón Gallardo, Agustín Basave y Heberto Castillo Juárez. Están invitados. Seis.– Y no lo olviden, mis estimados, hay que ejercitarse cotidianamente. O luego nos estaremos quejando de no se cuántos achaques. Y sembremos un árbol cada año, ¿va?

 

La Otra Opinión