OTRO PERIODISTA VÍCTIMA DE LA CENSURA OBRADORISTA

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El pasado martes, Ángel Verdugo se convirtió en una víctima más de la censura periodística motivada por la intolerancia del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a la crítica.

A partir de ese día, Verdugo dejó de trabajar para Grupo Imagen, en donde tenía espacios de opinión tanto en Excélsior TV, como analista, como en el diario Excélsior como columnista político.

El mensaje que el propio periodista difundió en entrevistas y en su canal de youtube no dejó dudas del por qué prefirió salir de la empresa: “por burdas presiones que rayan en lo ilegal y lo criminal” y por “el intento de decirme de qué debo hablar, lo cual me es inaceptable”.

Verdugo dijo: El país hoy peligra. Aportemos nuestro granito de arena para reducir el daño que el gobierno actual, encabezado por López, le está haciendo a este país y al futuro de las nuevas generaciones”.

“A esos que hoy se regodean en el poder, en la soberbia, mañana los veremos en el basurero de la historia, incluyendo a quien hoy es presidente de la República”.

Así, Angel Verdugo se sumó a la lista de periodistas reconocidos que han sufrido la censura durante el sexenio de López Obrador, ya sea por presiones directas de los operadores del primer mandatario, o por decisiones de las empresas que, en aras de congraciarse con la “4-T” –y con los recursos de la publicidad–  censuran a sus periodistas.

El primer sacrificado fue Ricardo Alemán, director general de los diarios digitales La Otra Opinión y Contrapeso Ciudadano, quien durante los primeros días de mayo tuvo que renunciar a los espacios que tenía en Milenio y Televisa luego de una campaña de linchamiento en  redes sociales por parte de las turbas digitales obradoristas.

El “pecado” de Alemán fue dar retuit a un tuit inofensivo y ocurrente que los fanáticos de López Obrador interpretaron como un llamado a atentar contra quien entonces era el puntero en las encuestas.

Los directivos de Milenio y Televisa recibieron presiones de los operadores de López Obrador. Y como preveían que un mes después obtendría el triunfo en la elección presidencial, prefirieron no meterse en problemas con el nuevo gobierno y cortarle las alas a Ricardo, quien renunció a seguir en ambos medios por elemental dignidad.

Luego vino el embate contra Rubén Cortés, quien el 26 de junio del 2018, cinco días antes de las elecciones presidenciales, dejó la Dirección General de La Razón, un diario que se había caracterizado por su posición crítica hacia López Obrador.

Los dueños de La Razón, empresarios del ramo petrolero, cuyas ganancias dependen de los contratos con el gobierno, vieron venir el triunfo arrollador de López Obrador en las elecciones que se avecinaban y decidieron cortarle la cabeza a Cortés, como un guiño hacia quien sería el nuevo presidente.

El de Rubén Cortés es un caso curioso pero no por eso dramático. Sufrió dos veces la censura por la influencia de López Obrador, pues el 30 de septiembre del 2019 fue despedido del diario Contraréplica, del cual también era director general y que, como La Razón, se arrepintió oportunamente de su original antiobradorismo.

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Otra víctima de la censura en tiempos de la “4-T” fue Carlos Loret de Mola, quien salió de Televisa el 22 de agosto del 2019 luego de confrontarse públicamente en varias ocasiones con el presidente López Obrador, quien desde el púlpito de las mañaneras descalificaba al periodista y a su trabajo.

Ese día, el portal La Silla Rota publicó que de acuerdo con fuentes de alto nivel, los directivos de Televisa, en voz del vicepresidente, Bernardo Gómez, le habían pedido a Loret de Mola que “le bajaraal estilo con que conducía el noticiero de la mañana, que en otras palabras era que le bajara a su confrontación con el presidente.

Otro periodista censurado es Pablo Hiriart, quien el 3 de agosto del año pasado dejó el cargo de director general de Información Política y Social de El Financiero, y fue enviado al exilio, como corresponsal de ese diario para cubrir el proceso electoral de Estados Unidos.

Desde hace muchos años, Hiriart se había caracterizó por su posición crítica hacia la izquierda mexicana, primero representada por el PRD y por sus sucesivos líderes morales, Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador.

En los últimos tiempos, en su columna política de El Financiero confirmó su línea editorial y fue un crítico severo de las decisiones y omisiones del actual gobierno y en especial del presidente López Obrador.

Ahora, desde su virtual exilio, en su columna trata exclusivamente temas relacionados con la relación bilateral México-Estados Unidos.

Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto varios periodistas fueron censurados y perdieron sus espacios en los medios por criticar al presidente de la República, entre ellos el autor de esta columna.

Los que ahora nos gobiernan prometieron que las cosas serían diferentes. Pero ya vimos que no.  Aquí quedaron documentados cinco casos de periodistas de renombre censurados por el obradorismo. La pregunta es: ¿Quién sigue?

OFF THE RECORD

CONSERVADURISMO EN LA “4-T”

Al Partido Encuentro Solidario, otro de los satélites de Morena, no le gustó nada la disposición del INE, que los obliga a postular a por lo menos dos candidatos a diputados federales que representen la diversidad sexual.

Al PES, creado a partir de ministros y feligreses de iglesias evangélicas, el conservadurismo le sale por los poros.

**PASE USTED, SEÑOR MAFIOSO

Quizá con estas palabras recibió la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, a Florian Tudor, identificado como presunto líder de la mafia rumana que opera en Cancún y en otras zonas turísticas del país.

La funcionaria recibió a Florian, quien tiene sus cuentas congeladas, a petición del presidente de la República.

Pregunta: ¿Todo aquel que tiene cuentas congeladas será recibido por la responsable de la seguridad del país?

Que empiecen a repartir las fichas porque la lista es muy larga.

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