¡OTRA RENUNCIA EN PUERTA!

No había pasado demasiado tiempo de que renunciara Javier Jiménez Espriú a la secretaría de comunicaciones y transportes, cuando Víctor Toledo, titular de SEMARNAT, ya había propinado una verdadera felpa a sus compañeros de gabinete y a final de cuentas, al propio presidente.

Toledo describió el gabinete como si fuera una familia de mafiosos y a sus integrantes, como una pandilla de rufianes, más interesados en ver que obtienen para su beneficio, antes que en atender verdaderamente las necesidades del pueblo.

Toledo retrató a MORENA como una confederación de tribus salvajes (unas más que las otras) en perpetuo conflicto, enfrentadas de manera perenne, sin capacidad de diálogo e interlocución, sujetas todas por la ambición y la codicia como factor común, supeditadas por lo mismo, a la voluntad del supremo elector.

Y a pesar que no hizo una alusión directa a éste último, dejó implícita la idea que el presidente, o es un ingenuo que no se percata de las grillas intestinas y los extremismos de su gente, o es un incapaz y blandengue, que no sabe como refrenarlos, ni puede meterlos en cintura.

La verdad Toledo dejó muy mal parada a la cuarta transformación, exhibiendo sus miserias, sus vicios más marcados y toda la seguidilla de indignidades que son capaces de cometer, con tal de cuidar la chamba.

Sorprende la claridad con la que se expresó un individuo, de confesas tendencias feminoides, que en mérito de ello, se antojara fuera más retorcido, más solapado, menos directo y menos frontal.

Pero la verdad es que le puso a la administración federal en turno una verdadera zapatería y lo único que puede esperarse derivado de ello, es conocer la fecha en que el titular del ejecutivo le agradecerá con lágrimas en los ojos, el compromiso impostado en el tiempo de su servicio por México, le dará un abrazo y lo mandará a casa, tras nombrar a su sucesor, que se espera sea una persona de más bajo perfil (dicho sea en correcto castellano, más manejable).

Se especula que la designación del sucesor pueda ser después del informe presidencial, a efecto de no seguir levantando olas en el gabinete, toda vez que al interior del mismo, se ha desatado una auténtica galerna.

Lo que es un hecho que podemos colegir de manera indubitable, es que el gobierno de la Cuarta Transformación se halla sumido en una profunda crisis, provocada por las guerras intestinas y conflictos de interés, protagonizados por toda una cáfila de cortesanos, ansiosos de ganar el favor de su señor, que a ejemplo de Nerón, canta enloquecido a la vista de un país que arde.

Dios, Patria y Libertad