El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que este lunes 18 de octubre se reunirá con John Kerry, enviado especial de Estados Unidos para el cambio climático, para darle a conocer “Sembrando Vida”.
Para ello, indicó que la reunión se llevará a cabo en el municipio de Balacán, Tabasco, en donde le presumirá “los logros” de su programa social.
Con ello, buscará que la administración de Joe Biden invierta en él para que sea implementado en Centroamérica y con ello se contenga y reduzca la migración.
Sin embargo, no hay que olvidar que este programa social está plagada de corrupción y de distintas irregularidades, lo cual ha hecho que se vuelva en un fracaso más de este Gobierno Federal.
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Tabasco, uno de los estados más beneficiado
En en 2019, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó que en la entidad natal de AMLO, la Secretaría del Bienestar, que maneja el programa y los recursos, dio una cobertura del 112.2 por ciento de la población objetivo, beneficiando a 55 mil 456 personas; seis mil 11 más de lo que se tenía planeado, convirtiéndose, después de Chiapas, en el segundo estado con mayor número de beneficiarios.
Por otro lado, alertó que en ese estado se otorgaron recursos a beneficiarios que no formaban parte de la población objetivo, sin que la dependencia explicara las causas.
En contraste, la ASF detectó que en ese año no se entregaron apoyos en: Hidalgo, Michoacán, San Luis Potosí y Tlaxcala, pese a que dichas entidades estaban dentro del área de enfoque.
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Deforestación y pérdida de biodiversidad en el sur del país
Se supone que este sería el programa ambiental más ambicioso del mandatario tabasqueño, ya que con él se reforestaría un millón de hectáreas de terrenos deteriorados en todo México.
Para ello, se invirtió cerca de tres mil 400 millones de dólares para sembrar árboles y así ayudar a alcanzar los objetivos climáticos y a la vez cumplir con su finalidad general de combatir la pobreza y la desigualdad desenfrenadas en México.
Sin embargo, este proyecto es sinónimo de destrucción en el sur del país, ya que campesinos de Yucatán y Campeche han denunciado que para preparar los sembradios tienes que arrasar con bosques para preparar los terrenos.
La incertidumbre también abunda sobre el estado legal de las parcelas replantadas, lo que significa que no hay garantía de que los agricultores puedan cosecharlas, por lo que para algunos hay poca motivación para cuidar de estas nuevas siembras.
Por otro lado, el estudio “Análisis de los impactos en las coberturas forestales y potencial de mitigación de las parcelas del programa Sembrando Vida implementadas en 2019”, alerta que este programa provocó la deforestación en un área de 72 mil 830 hectáreas, siendo Ocosingo, en Chiapas, el municipio con mayor pérdida forestal con 12 mil 920 hectáreas; seguido de Othón P. Blanco, en el estado de Quintana Roo, con cinco mil 829 hectáreas perdidas.
“Existe un aspecto crítico relacionado a la pérdida de coberturas: la focalización de este fenómeno en solo 22 municipios del país y una gran concentración de pérdidas (50,981 hectáreas que representan el 70% de las pérdidas) en regiones vulnerables al cambio climático y de gran biodiversidad de Chiapas, Tabasco, Veracruz, Yucatán, Quintana Roo y Campeche”, se lee en el estudio.
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Clientelismo y corrupción
Desde principios de 2019, Ethos Laboratorio de Políticas Públicas identificó varios riesgos de corrupción en el diseño e implementación de “Sembrando Vida”, particularmente en posible clientelismo y en la asignación de contratos con adjudicaciones directas concentradas en pocos proveedores, lo que puede provocar la compra a sobreprecios o conflictos de intereses.
Además, en un reporte expone que no queda claro si se trata de un programa de reforestación o de desarrollo rural
“Si se considera como un programa de reforestación, por lo menos en el 2019 ha fallado por problemas en la planeación para siembra de árboles (viables y de calidad) al hacer poco énfasis en que sea conforme a las condiciones agroecológicas de cada territorio”, denuncia.
Tampoco se tiene claridad sobre la factibilidad de que los productores puedan sostenerse a partir del ingreso de sus sistemas agroforestales.
“De 2001 a 2019, hay una tendencia de incremento acelerado de pérdida de cobertura arbórea (3.99 millones de hectáreas), con un pico en 2009 por incendios forestales. Los estados que más han perdido hectáreas son Campeche, Chiapas (ambos con agroindustria de palma africana), Quintana Roo y Yucatán (cultivos de soya), lo que genera presión en reservas. En 2019, se perdieron más de 327 mil hectáreas”, documentó Javier Warman, director de Bosques en WRI México con datos del Global Forest Watch.
¿En serio Biden invertirá dinero en este programa social por el cual AMLO se roba dinero para financiar su dictadura y para comprar conciencias y votos?
Con información de Expansión Política y esnoticiahoy.com
MSA
