El secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, el monseñor Ramón Castro, informó que el obispo Salvador Rangel no denunció las agresiones que vivió por temor a las repercusiones que esto le podría traer.
El obispo Salvador Rangel sufrió un presunto secuestro la semana pasada y, después, apareció en mal estado de salud en un hospital de la zona.
El líder religioso de Chilpancingo decidió no denunciar la situación, que incluía supuesta privación de su libertad y robo en sus cuentas bancarias.
El monseñor Ramón Castro declaró lo siguiente sobre la situación lamentable del obispo Salvador Rangel:
“Hay un frase (en el comunicado del obispo) en donde monseñor deja mucho que ver, en donde dice que ‘en consecuencia integra y moral’, ¿que quiere decir eso? Que está amenazado, que no quiere volver a pasar una situación similar”.
“Era considerado una persona de gran talente, capaz de encontrarse con los capos, se logró una tregua y una semana después es considerado una persona que ha traicionado su vida. 54 años de vida religiosa, 7 años de obispo de Chilpancingo, 50 años de sacerdote y todo eso va a la borda, yo creo que hay que poner en equilibrio lo ha sido antes, era intachable”.
Con información de Radio Fórmula,
ADGP.