“Nos recuperamos, pero no gracias al gobierno”: Dueños de negocios de Acapulco a la 4T

“Nos recuperamos, pero no gracias al gobierno”: Dueños de negocios de Acapulco a la 4T
Foto: lostubos.com

Cerca de la playa, a metros de la Costera Miguel Alemán, está el modesto hotel Mari Mar, que no aparenta daños y cuenta, como pocos en su categoría, con un seguro contra desastres naturales.

Pero el huracán Otis le causó pérdidas por medio millón de pesos que el banco no está dispuesto a cubrir, mientras que autoridades del gobierno de Guerrero determinaron: “Aquí no pasó nada“, lo que para su dueña fue un golpe más, porque puede quedar marginada de cualquier apoyo económico que surja de la reconstrucción del puerto.

Luego de más de 60 años de prestar servicio, este hotel, que terminó por quedar entre los de 5 “estrellas“, súbitamente dejó de operar a partir de las 11 de la noche del 24 de octubre de 2023, cuando Otis comenzó a soltar su furia.

Desde entonces no tiene electricidad ni agua ni un solo cliente. El inmueble no necesitó haber quedado en ruinas para que a su propietaria Gabriela Vargas le “genere enorme dolor“, no solo por los destrozos, que representan pérdidas de unos 500 mil pesos, sino por la indiferencia del gobierno estatal, que no la ha tomado en cuenta ni siquiera en el censo de hoteles afectados por Otis.

Personal de la Secretaría de Turismo de Guerrero la visitó para establecer si podía volver a operar: “Aquí no ha pasado nada, todo depende de (que regrese) la luz“.

Si el Mari Mar luce aparentemente sin daños es por la celeridad  e inversión de sus dueños para limpiarlo y tratar de sacarlo adelante. Pero hay afectaciones en el techo, así como tuberías de gas, agua y aire acondicionado que están rotas, además quedaron inservibles el centro de lavado, alberca y algunas habitaciones.

El hotel forma parte de decenas de establecimientos de categorías 3 y 2 “estrellas” que son de alta demanda en temporadas vacacionales, aunque no son como los de las grandes cadenas hoteleras.

Sin esperar por ayuda del gobierno federal, estatal ni municipal, han hecho un esfuerzo propio para comenzar a operar a pocos días de la devastación del huracán Otis. Sin embargo, el Mari Mar no lo ha logrado por falta de atención de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para restablecer la energía.

Casos contrarios son los hoteles Menavi y Villas la Lupita que sí tienen agua y luz, por lo que ya recibieron en alojamiento a personal de la CFE, Conagua y de diversas dependencias de gobierno, así como de empresas de telefonía y televisión de paga, entre otras, que apoyan en la reconstrucción.

Sus administradoras confían en reactivar el servicio turístico en la temporada vacacional de diciembre de 2023, pese a todo pronóstico.

Las habitaciones de Mari Mar están  enfrente, basta cruzar unos 15 metros de calle,  de las oficinas del Servicio de Administración Tributaria (SAT), en el Fraccionamiento Magallanes, donde los empleados gubernamentales y policías armados sí tienen todos los servicios, hasta aire acondicionado.

Ahí operó de inmediato la CFE para que todo funcionara horas después de que el huracán Otis arrasara con todo.

La CFE dejó al olvido el hotel que tiene una capacidad de 40 huéspedes, y cuenta desde hace años con una clientela de extranjeros, particularmente canadienses, que entre enero y marzo de cada año llenaban el lugar.

Gabriela Vargas manifestó que solo por la reparación del techo y todo lo que “voló” a causa de Otis,  tuvo que pagar 80 mil pesos, además de que hay otros daños materiales que en total arrojan pérdidas de unos 500 mil pesos.

Hemos hecho todo de nuestra parte, pero no hay apoyo ni con luz…eso nos impide reabrir..así como está el agua de la alberca la debemos utilizar para diversas necesidades…no puedo rentar así, ni modo que le diga a un cliente tome su cubeta y abanico“, dijo.

A diferencia de la mayoría de estos hoteles, el Mari Mar tiene seguro contra desastres naturales que se contrató con Banamex, explicó.

Sin embargo, la dueña indicó que el banco pone la condición de que presente, entre otros documentos, todas las facturas de los objetos dañados.

Nosotros sí tenemos seguro con Banamex, si no hay facturas de las pérdidas no van a reponer absolutamente nada“, agregó.

Gabriela comentó: “Ojalá  no nos dejen después a nuestra suerte a los acapulqueños, yo me siento ahora como cuando se muere alguien y todos van al entierro, pero después de la sepultura todos te dejan solo“.

Y los que no tienen seguro…

Tula Moreno es administradora del hotel Menavi, ubicado en la Costa Dorada de Acapulco. En el momento del huracán Otis había dos huéspedes que se refugiaron y salieron ilesos.

Los daños fueron vidrios rotos, desperfectos en albercas y la pérdida de diversos objetos. Por fortuna nada grave, a pesar de que está a unos 200 metros de grandes hoteles que fueron devastados en su infraestructura.

A los 2 días del desastre comenzaron por propia mano la remoción de escombros, árboles, láminas, postes, arena, y todo lo que arrasó el huracán categoría 5.

Dijo que no cuentan con seguro contra desastres naturales, sin embargo analizan  contratar uno luego de lo sucedió con “Otis“.

Ojalá no se repita un fenómeno tan terrible, pero al menos estaríamos prevenidos contra pérdidas materiales“, dijo.

Manifestó que el hotel, con capacidad para 90 personas, estaba reservado al 100% con miras a diciembre.

Si bien no sabe lo que sucederá con esta situación, se mostró optimista para reabrir “un porcentaje al turismo”  el próximo mes.

Las playas ya están reabriendo, las están limpiando, quiero creer que habrá turismo en diciembre“, agregó.

Rocío Castañeda Cortés es socia del hotel Villas la Lupita, de 3 estrellas y 34 habitaciones.

Está agradecida con Dios, porque afirmó que fue él quien la protegió a ella, a su personal y al hotel que no sufrió prácticamente ningún daño, aun cuando también están a unos 200 metros de la playa, como el Menavi, y de la Costera Miguel Alemán.

La peculiaridad de este lugar es que no dejó de operar después de Otis y hoy tiene una ocupación al 100%, todos  trabajadores de diversas áreas de gobierno y empresas, incluso de periodistas.

Dijo que resulta paradójico que mientras el huracán les quitó todo a muchos, en este caso les ha traído bastante trabajo, lamentablemente, en la forma que nadie quisiera.

Todavía no se recupera emocionalmente del huracán Otis y le cuesta hablar de lo que pasó. “No sabíamos si venía todo el mar encima, si un buque nos iba a aplastar“.

Francisco Gabriel Alanis es chef en Villas la Lupita;  dejó de laborar 5 días a causa del huracán, pues le dio prioridad a sus 3 hijos y esposa.

Era ilógico que yo estuviera preparando alimentos para la gente, y mi familia me esperara con hambre“, comentó.

Ahora no deja de cocinar en Villas la Lupita, una vez que proveyó con alimentos y productos básicos a su familia que vive en la colonia La Tolva, donde todavía no hay agua, luz ni víveres.

Francisco Gabriel no se deja vencer y pone el ejemplo junto con Gabriela, Tula y Rocío que están a cargo de hoteles que no son de las grandes cadenas, pero demuestran todo  empeño para salir avantes de las graves secuelas de Otis que no causó daños estructurales en estos hoteles de 3 y 2 “estrellas“, que por ley están obligados a tener al menos un seguro de responsabilidad civil, de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana (NOM)-07-TUR-2002.

Con información de La Silla Rota

MSA