¿No que no? El SME negoció la supervivencia

Con la llegada del presidente Enrique Peña al poder, el escenario político cambió considerablemente.

Sin duda, una de las transformaciones más notorias fue la reducción del SME; quizá uno de los grupos más críticos del gobierno de Felipe Calderón.

En su momento, en este espacio advertimos que el SME habría pactado con el gobierno de Enrique Peña.

También dijimos que la ausencia del Sindicato de Electricistas durante las movilizaciones en contra de la reforma energética, por los desaparecidos de Iguala o alguna de las causas que mueven a cientos a las calles; se debía a que el gobierno de Enrique Peña tendría un acuerdo con la dirigencia sindical de Martín Esparza.

Y si quedaban dudas, el tiempo confirmó los pactos.

El próximo viernes, en Baja California, el SME será se convertirá en la primera empresa en competir con la Comisión Federal de Electricidad en la generación de energía.

A través de la empresa Generadora Fénix –y con el apoyo de una compañía portuguesa–, el SME regresará al mercado laboral. ¿No que no?

Para entender el tamaño del problema, no está de más recordar que el 11 de octubre de 2009, el gobierno de Felipe Calderón decretó la extinción del organismo descentralizado conocido como Luz y Fuerza del Centro. En consecuencia, perdieron su empleo cerca de 44 mil 300 trabajadores.

Según Calderón, la desaparición del SME se debía a la “ineficiencia operativa y financiera” de la compañía pues, de acuerdo al mandatario, los costos de Luz y Fuerza casi duplicaban sus ingresos por ventas.

La extinción de la compañía detonó la movilización social del Sindicato Mexicano de Electricistas: el SME. Desde el momento de la extinción de Luz y Fuerza, el Sindicato ha buscado pretextos para salir a las calles y obtener renta política.

Y aunque en noviembre de 2009, el entonces secretario del Trabajo Javier Lozano aseguró que la extinción era irreversible, aunque una  jueza federal negó el amparo colectivo en contra de la extinción y aunque el SME tenía todo en contra; el sindicato se mantuvo en las calles durante todo el sexenio de Felipe Calderón.

Fue hasta 2012 –ya en el gobierno de Peña Nieto– que Martín Esparza informó que los 16 mil trabajadores podrían ser instalados a la CFE, a raíz de que el Segundo Tribunal en Materia de Trabajo otorgó un amparo que reconocía a la Comisión Federal como patrón sustituto.

Y en diciembre de ese mismo año, la SCJN aceptó el recurso de reclamación que interpuso uno de los liquidadores de Luz y Fuerza.

Es así que esta semana, a más de seis años de que Luz y Fuerza del Centro fue liquidada, el Sindicato Mexicano de Electricistas renacerá como cooperativa.

Por eso insistimos, ¿no que no hubo pacto?