Durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador el Congreso de la Unión ha frenado principalmente sus propuestas de reformas constitucionales. Se trata de las reformas a la Ley de la Guardia Nacional, la Electoral y la Eléctrica.
En la Cámara de Diputados, Morena no cuenta con la mayoría calificada que implica el voto de las dos terceras partes de los legisladores por lo que estas iniciativas quedaron congeladas; así, la coalición oficialista que incluye a los partidos Verde y del Trabajo, han debido utilizar otra estrategia política como convertir esas iniciativas a reformas a leyes secundarias para ser aprobadas con su mayoría simple.
Aunque esto ha generó la aprobación del “Plan B” de reforma electoral o una modificación constitucional a la ley de Guardia Nacional en alianza con el PRI, ambas han sido frenadas en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Cabe recordar que la Corte se encuentra en un momento complicado en su relación con el Poder Ejecutivo porque en los últimos cinco meses, el mandatario tabasqueño no ha concretado los cambios que ha planteado en ese Poder.
El primero fue extender el mandato del entonces presidente, Arturo Zaldívar, por dos años más. El segundo fue que se estancó la candidatura de la ministra Yasmín Esquivel al relevo de Zaldívar pues en diciembre 2022 se dio a conocer el caso de probable plagio de su tesis de licenciatura en la UNAM; un tema que a la fecha continúa en investigación pero que daño su imagen y su candidatura, por lo que la ministra Norma Piña generó consenso entre el resto de las y los ministros y logró los votos necesarios para convertirse en la titular del Poder Judicial sin el aval de la 4T.
En este contexto el 18 de abril, la Corte, por mayoría de votos, invalidó que la Guardia Nacional (GN) se traspase a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) como aprobaron los legisladores oficialistas en la Cámara de Diputados y el Senado de la República.
Y el 8 de mayo invalidó la primera parte del “Plan B” de la reforma electoral que los legisladores de la 4T aprobaron en menos de 24 horas en la cámara baja, tras convertir la iniciativa presidencial en una iniciativa de ley de reformas secundarias que fueron negociadas por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López.
A partir de entonces, López Obrador endureció su postura contra los ministros de la Corte y la ministra Piña a quien ha cuestionado por su carrera.
Además, ha señalado que la Corte cuenta con fideicomisos que no son de su agrado, tal como ocurrió hace un año al referirse a los fideicomisos del Instituto Nacional Electoral bajo la presidencia del entonces consejero, Lorenzo Córdova.
EPN y el congreso
En el sexenio del ex presidente priista Enrique Peña Nieto el Congreso también frenó algunas de sus iniciativas. Se documentó que el entonces mandatario presentó 124 pero solo le fueron aprobadas 99 con los votos en alianza del PRI y PAN.
Pero no alcanzó acuerdos en la iniciativa para crear un Mando Único Policial que le permitiera al gobierno intervenir en caso de que policías estatales estuvieran vinculados con el crimen organizado.
También quedó en suspenso la iniciativa para crear el Seguro de Desempleo y la creación de la Pensión Universal. La ley de la Fiscalía General de la República (FGR) no avanzó y no alcanzó los votos necesarios porque partidos de oposición se negaron al nombramiento del llamado “fiscal carnal”.
Tampoco avanzó la iniciativa para el uso de la marihuana con fines científicos y médicos. Incluso, este momento el tema sigue entrampado en el Congreso. Y la llamada ley de Seguridad Interior, aunque se aprobó en el Congreso, la corte la declaró inconstitucional en 2018.
Pero sí concretó el paquete de reformas del Pacto por México: la hacendaria, de telecomunicaciones, la reforma laboral, educativa, energética, electoral y de transparencia.
También una iniciativa de ley de Justicia Penal y la nueva ley de Amparo. Fueron avaladas sin contratiempos en los primeros dos años de su sexenio. Aunque estas reformas fueron aprobadas a nivel constitucional sus legislaciones secundarias quedaron estancadas.
Felipe Calderón y el Congreso
Durante su sexenio reunió los votos necesarios en alianza con el PRI. Pero no avanzaron la ley de Reforma Laboral y la Ley Federal de contabilidad gubernamental, ambas presentadas en su último año de gobierno.
Tampoco el paquete de iniciativas de Reforma Política en que propuso la reelección de legisladores federales, reducción del número de diputados y senadores. La iniciativa para aumentar el número de votos para que un partido político conserve su registro, al pasar del 2 al 4 por ciento así como implementar una segunda vuelta para la elección presidencial.
Tampoco avanzó la ley de Seguridad Nacional que daba al presidente facultades para el uso de las Fuerzas Armadas, entre ellas Ejército y Marina, al margen del Congreso. La ley de reforma laboral tampoco avanzó pues se consideró que era muy similar a la llamada Ley Abascal.
Fox y el Congreso
El primer presidente panista no concretó su reforma hacendaria en 2003 pues no logró los votos necesarios por ser una reforma constitucional. El principal cuestionamiento de la oposición fue su propuesta para cobrar impuestos en el consumo de medicinas.
Con información de La Silla Rota
MSA
