Nicaragua, secuestrada por sus libertadores

Así como Hugo Chávez se reeligió tres veces en la presidencia de Venezuela, igual que Cristina Fernández de Kirchner se reeligió –dos veces– en el gobierno de Argentina, de la misma forma en que Rafael Correa se reeligió tres veces en la presidencia de Ecuador; el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, buscará ser –una vez más– el candidato presidencial del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Las elecciones presidenciales de Nicaragua tendrán lugar en noviembre y si Daniel Ortega resulta ganador, sería la tercera vez que ocupa el cargo consecutivamente. O si lo prefiere, Ortega aumentaría otro periodo a los 21 años que ha gobernado ese país.

No está de más recordar que entre 1979 y 1985, Daniel Ortega fue Coordinador de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional de Nicaragua; es decir, el equivalente a un presidente. Posteriormente, entre 1985 y 1990, Ortega fue electo presidente. Y 17 años después –en 2007–, Daniel Ortega volvió a ser votado presidente de su país. Es decir, que en total, Ortega ha gobernado Nicaragua por más de dos décadas.

Durante el acto en que Ortega anunció su candidatura, advirtió que no permitirá que haya observación electoral internacional en los comicios. “Ahí no hay observación, ni Unión Europea ni OEA, que se vaya a pronunciar. Ellos saben que en Nicaragua se enfrentan a un pueblo que tiene vocación antimperialista”, señaló Daniel Ortega.

Lo anterior es relevante pues en las elecciones de 2007 y 2011, los partidos de oposición denunciaron fraude, por lo que más de uno exige que en los comicios de este año existan observadores de organismos nacionales e internacionales.

Al momento, las encuestas nicaraguenses dan la ventaja al Frente Sandinista –que empuja a Ortega–, con más del 50 por ciento de pronunciamientos.

Y es que, para quienes apoyan la reelección de Ortega, no es necesario el cambio; aseguran que el mandatario ha hecho bien su trabajo. De hecho, según la Encuesta de medición de Nivel de Vida 2014 –del Instituto Nacional de Información de Desarrollo–, de 2009 a 2014, en Nicaragua disminuyó la pobreza en un 13 por ciento y en un seis por ciento la pobreza extrema.

No obstante, este país continúa siendo uno de los menos desarrollados de toda América Latina.

Y mientras el oficialismo insiste en aventar campanas al aire con triunfos “chiquitos”, lo cierto es que Ortega se perfila para gobernar Nicaragua otros cuatro años, ¿será que la comunidad internacional no ha aprendido nada del caso de Venezuela? ¿hasta cuándo la indolencia y la apatía permitirán que Nicaragua siga gobernada por los mismos que, hace décadas, “liberaron” al país del dictador Anastasio Somoza.