La mayoría de Morena y sus aliados en el Congreso de Sinaloa tapó la corrupción del gobernador Quirino Ordaz Coppel, quien dejará el cargo el próximo domingo y de inmediato hará su maleta para viajar a España en calidad de embajador de la “Cuarta Transformación”.
En vísperas de que concluya la administración de Quirino, el Congreso de Sinaloa aprobó la Cuenta Pública 2019, en la que se detectó un desvío de recursos por 65 millones de pesos y un sinfín de irregularidades.
La Auditoría Superior del Estado detectó diversos daños a la hacienda pública, como el pago de 13 millones de pesos a diversas asociaciones agrícolas sin motivo justificado, trabajos “fantasma” de mantenimiento de aeronaves por 12 millones de pesos y la entrega irregular de recursos para la modernización del transporte de pasajeros.
Adicionalmente, la organización civil Iniciativa Sinaloa denunció que el gobierno de Quirino Ordaz realizó diversas transacciones millonarias con 17 empresas fantasma, entre ellas la denominada Grupo Constructor Cavi, que recibió tres millones 311 mil pesos por obras de pavimentación que nunca se realizaron.
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En general, la administración del priista Quirino Ordaz fue un cochinero, rubricado con el hecho de crear las condiciones para que, con el apoyo del crimen organizado, Morena arrasara en las elecciones del pasado 6 de junio.
Pero todo tiene su recompensa: la nueva legislatura del Congreso de Sinaloa, dominado por la “4-T”, hizo como que no vio la corrupción de Quirino, mientras que el presidente Andrés Manuel López Obrador lo premió con la embajada de México en España.
JC
