Morena, “La Esperanza de México” ahora apela por el voto de confianza a la ciudadanía como nuevo esquema de cobro de impuestos, basado en el principio de la “buena fe”. Así como se escucha, Morena impulsa en el Senado la Ley de Fomentos a la Confianza Ciudadana.
Dicho cambio busca suspender la vigilancia y la fiscalización a establecimientos mercantiles y de servicios en respuesta al principio de confianza ciudadana que busca impulsar el gobierno del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
La apuesta es fundar las bases y los instrumentos legales para renovar la confianza ciudadana hacia las instituciones públicas. Y por si fuera poco, aquellos que cumplan con la Ley, recibirán beneficios y facilidades administrativas para que puedan ejercer de mejor manera sus actividades económicas y de trámites ante las autoridades.
Con ese voto de confianza los establecimientos tendrán la obligación de inscribirse en un padrón, donde manifestaran bajo protesta a decir la verdad de que conocen las leyes, los reglamentos y actuarán de manera responsable. Además deberán portar los permisos y requisitos necesarios.
Sin duda la utopía de la confianza plena y ciega no es una mala idea pero como plan de acción, deja muchas dudas al aire. ¿No se ha aprendido la lección, después de entregarle el voto de “buena fe” a AMLO, para darse cuenta que la confianza no lo es todo? ¿No les basta con sus falsas promesas en campaña que, ahora en el próximo sexenio, parecen nunca cumplirse?
