Casi era esperado que, después de que la frontera estadounidense fuera cerrada para los migrantes centroamericanos, México se convirtiera en el nuevo sueño para hondureños, salvadoreños, guatemaltecos y hasta haitianos, así lo confirmó Emilio González, integrante de la Unidad de Protección de la Oficina de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
“No es que se vuelva atractivo desde el punto de vista económico como Estados Unidos, sino que se convierte en un país de destino necesario y obligatorio para personas que están huyendo de su país y que encuentran y pueden ver en México un lugar en donde sentirse seguros y donde empezar una vida de nuevo”, explicó González.
Según números de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), hasta el mes de junio el Gobierno mexicano ha recibido 31 mil 355 solicitudes de asilo, cifra que supera las peticiones de todo el 2018 y la cual se pronostica pueda ascender hasta las 80 mil.
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La principal causa por la que los ciudadanos centroamericanos huyen de su país se debe a la violencia que los aqueja, a la falta de trabajo y a la inseguridad que se vive día a día y que las autoridades no han podido solucionar.
“En la sociología del desplazado lo más importante es huir del peligro, salvaguardar su vida; en ese sentido, a pesar del tema económico y de la situación en general de inseguridad en México, las personas encuentran eso, al menos en términos de estar en paz y tener seguridad y protección”, explicó Emilio González.
