Camécuaro
Pizarra y dilección de los sabinos
es el húmedo espejo de las ondas:
verde y oro, el rezago de las frondas;
verde y gris, los acuáticos caminos.
Ausencia melancólica de trinos
urge y agrava las querellas hondas,
sólo la verde luz, las luces blondas
obsediendo los senos cristalinos.
Obsesión de la luz. Nada se mueve,
nada vibra en el ámbito miraje,
nada en la pura soledad conmueve.
En el inmóvil trance de matices,
transfúndense las aguas y el ramaje
en efusión de verdes y de grises.
12 de septiembre, 1944.
Tomado de la antología de Juan Domingo Argüelles: Poesía mexicana. De la época prehispánica a nuestros días.