El magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, José Luis Vargas, fue el instrumento de Andrés Manuel López Obrador para golpetear hasta tumbar de la presidencia del organismo a Janine Otálora, al inicio del actual sexenio.
A pesar de su evidente comportamiento golpista a principios del 2019 para ganarse la simpatía del nuevo presidente de la República, José Luis Vargas se queja de “golpe de Estado” porque una mayoría lo destituyó ayer como presidente del TEPJF.
Janine Otálora, quien había sido elegida presidenta del TEPJF desde el 19 de octubre del 2016, renunció al cargo el 23 de enero del 2019, menos de dos meses después de que López Obrador asumió la Presidencia de la República.
Su renuncia estuvo precedida por toda una campaña de golpeteo de parte del magistrado José Luis Vargas, quien a través de su cuenta de Twitter y en entrevistas a medios de comunicación acusaba a Janine de todo lo que se le ocurría.
Te recomendamos: En la 4T ha subido 5 veces la caseta para ir a Acapulco
En diversas columnas políticas se filtró información en el sentido de que Vargas en realidad era el ariete del consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer, quien por instrucciones de López Obrador tenía que hacer caer a como diera lugar a Janine Otálora para que su lugar lo ocupara un magistrado afín a la “4-T”.
López Obrador no le perdonó a Janine su negativa a respaldar la ponencia de José Luis Vargas, discutida en el mes de diciembre, en la que el magistrado “obradorista” proponía anular las elecciones de Puebla que había ganado la panista Martha Erika Alonso.
Fue tanta la presión ejercida desde Palacio Nacional, que Janine prefirió renunciar. Asumió el cargo de manera provisional Felipe Fuentes Barrera y al final, la presidencia del TEPJF quedó en manos de José Luis Vargas, el operador del golpe contra Janine.
Ayer, una mayoría de cinco magistrados destituyó a Vargas como presidente del Tribunal, durante una sesión que cumplió con todos los requisitos que marca la ley.
Quien convocó a dicha sesión, en la que quedó de manifiesto la “pérdida de la confianza” hacia Vargas, fue precisamente Janine Otálora, en su calidad de magistrada decana.
José Luis Vargas, quien está bajo investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera por posible lavado de dinero, ahora se queja de fue víctima de un albazo y de un “golpe de Estado”. En realidad, recibió una sopa de su propio chocolate.
