En lo que va del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, las tarifas para las casetas de cobro en la Autopista del Sol se han incrementado en cinco ocasiones.
El incremento más reciente, el que entró en vigor el pasado lunes, se dio en plena temporada alta y tomó por sorpresa a cientos de miles de viajeros que se encontraban en esos momentos en Acapulco de vacaciones y que tuvieron que pagar más durante su regreso.
El incremento del 3.2 por ciento decretado por Caminos y Puentes Federales (Capufe) se suma a los otros cuatro registrados a partir de febrero del 2019, con lo que en conjunto rebasan ya un 30 por ciento de aumento en lo que va del sexenio de la “4-T”.
Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto las tarifas por transitar por la Autopista del Sol se mantuvieron estables gracias a un subsidio que el gobierno federal aplicaba para incentivar la actividad turística.
Este comportamiento “neoliberal” del gobierno de López Obrador, de incrementar paulatinamente –religiosamente cada seis meses– las tarifas de peaje en la Autopista del Sol tiene molestos a los prestadores de servicios de Acapulco, pues los aumentos desincentivan la actividad turística.
De acuerdo con Capufe, los recursos que se obtienen por el cobro de peaje se utilizan para cubrir los gastos asociados a la operación y conservación de las carreteras y para otorgar apoyos financieros para el desarrollo de proyectos en los sectores de comunicaciones, transporte, agua, medio ambiente y turismo, “en beneficio de la población”.
Sin embargo, no se sabe a ciencia cierta a quién o a quiénes llegan estos supuestos beneficios obtenidos por los contantes acapulcazos que la “4-T” le ha estado recetando a los viajeros.
Con el más reciente incremento, alguien que se quiera trasladar con su vehículo de la Ciudad de México a Acapulco tendrá que pagar 669 pesos en las diferentes casetas de cobro de la Autopista del Sol, más 100 pesos adicionales por ingresar al puerto por el Maxitúnel o por el Viaducto Diamante.
