Madre prohíbe que su hijo trabaje y un gato cobra en la nómina del Reino Unido

El escritor español, Javier Tomeo, escribió a finales de la década de 1980 la novela Amado Monstruo, que años más tarde fue llevada al teatro.

Las casi cien páginas de novela transcurren a la par que la entrevista de trabajo de Juan, quien termina confesando a su entrevistador, Krugger, que su madre lo sobreprotegió durante muchos años debido a que de niño perdió a su padre. De hecho, el entrevistado explica que acudió a la cita laboral a escondidas de su madre, quien se opone a que su primogénito labore.

Por medio de la entrevista, que se alarga más de lo debido, el autor revela los pormenores de la vida de los dos personajes –Juan y Krugger– y aunque al final el candidato no consigue el empleo –ya que no tiene las aptitudes que requiere el puesto que solicita–, la charla con el entrevistador cambiará la vida del hombre desempleado.

Resulta curioso que mientras en la historia de Tomeo conocemos a un personaje un tanto inútil e incapaz de sobrevivir en el mundo sin la figura de su madre, en la residencia oficial del primer ministro de Reino Unido exista un gato en la nómina…

Así es, un gato que cobra un sueldo por realizar ciertas labores…

El felino responde al nombre de Larry y es el encargado de eliminar los ratones de la casa ministerial, pero además tiene otras tareas como recibir a los invitados y “probar muebles antiguos para la calidad de sus siestas”.

Larry recibe un sueldo de 100 libras al año, el equivalente a unos dos mil 440 pesos mexicanos, el cual no sabemos en qué se gasta.

Parece absurdo que mientras hay gente que desconoce lo que es trabajar, como ocurre en la novela Amado Monstruo con Juan, existe un animal que sin ser consciente consiguió un pequeño hueso en la política inglesa… ¿O no?