En ocasiones, cuando uno piensa que las cosas no pueden ir más mal, en realidad, todo puede ser mucho peor.
En Oaxaca, durante meses, las familias que viven del turismo han pasado las de Caín para satisfacer sus necesidades básicas.
Ya por el desabasto, ya por la falta de turistas, ya por los bloqueos, ya por las razones que sean, el estado de Oaxaca –todo– está al borde del colapso.
Sin embargo, parecía haber una “luz al final del túnel”.
Y es que la tradicional Guelaguetza suele reactivar la economía oaxqueña y da un respiro a todos los que dependen de la ocupación turística, de las idas a los restaurantes o de la contratación de tours.
Desafortunadamente, esto no será así.
Resulta que, en las mismas fechas de la Tradicional Guelaguetza, la sección 22 de la CNTE realizará una “Guelaguetza magisterial”.
Es decir, que este “pueblo jamás conquistado” y estos “guerreros flechadores del Sol”, finalmente dieron el tiro de gracia a Oaxaca.
Si existía una posibilidad de rescatar Oaxaca luego de la Guelaguetza, ésta acaba de perderse.
Según los “maestros” de la Sección 22, llevarán a cabo movilizaciones y bloqueos en las mismas fechas de la celebración tradicional.
O si lo prefiere, que no habrá forma de que los turistas viajen y vean la riqueza cultural de presenta Oaxaca durante su festival.
Por donde se mire, es lamentable que este grupo de vividores se cuelgue, primero de la educación, y ahora de una celebración como la Guelaguetza para seguir jalando agua a su molino.
Pero es incluso peor que con sus acciones, la CNTE condene al fracaso, a la carestía y a la bancarrota a todo un estado y a sus habitantes.
¿Quién frena a estos farsantes? ¿quién exhibe las mentiras de la CNTE?
¿Quién elevará la voz para decir que eso no es la Guelaguetza y que, en realidad, se trata de una faramalla para seguir ordeñando las arcas públicas?
¿Quién quita la “máscara de maestros” a estos grupos guerrilleros?
¿Quién desnudará a los líderes sindicales que se enriquecen mientras obliga a miles a marchar?
¿Quién señala a los responsables de dejar a miles de niños sin educación?
¿Quién se atreverá a decir que estamos ante una alianza política– que busca el poder por el poder–, por parte de lo peor de la política con lo peor del magisterio?
