Madero y Anaya, matar o morir

Desde hace días circula el rumor de que Gustavo Madero podría ser el próximo presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados.

El rumor fue confirmado por el mismo Madero, quien en entrevista a medios afirmó que la encomienda le permitiría seguir trabajando en las alianzas para el 2018; mismas que evitarían que el PRI se quede con la presidencia de la República otros seis años.

De hecho, el periódico El Financiero señaló que al interior del PAN circuló una carta para la recolección de firmas en apoyo del ex dirigente azul, misiva que ya estaría en manos de Ricardo Anaya, el responsable de que Madero mendigue un huesito más grande, luego de haber estado en los cuernos de la luna.

Como la lógica indica, el responsable de dar el visto bueno al asunto, el que tiene la última decisión, el dedo que moverá las aguas; es el mismo Anaya, quien en otros tiempos fue el hijo putativo de Gustavo Madero; quien, por cierto, lo acomodó en el cargo máximo al interior del partido azul.

Sin embargo, como seguramente recuerda, el joven maravilla –Ricardo Anaya– cometió parricidio político. Es decir, dio la espalda a su mentor. Por eso la pregunta obligada sería, ¿Anaya pagará el favor que debe a Madero? ¿o será que Anaya terminará por matar a su padre político?

Dicen los enterados que el presidente nacional del PAN podrá ser muchas cosas pero no ingrato. O si lo prefiere, que según parece, el queretano favorecerá al ex dirigente del PAN.