27 de noviembre
Querido Diario:
Como te dije, ayer estuve en Tlaxcala. Pero, ¿sabes una cosa? Las cosas no salieron como imaginaba. De forma inexplicable, perdí el poder de convocatoria. Vi poca gente en las asambleas.
Pero no importó. Aunque pocos me escuchaban, me valí del micrófono para responder a todos los quejosos que quieren hacerme la guerra. A los que pretenden hacerme la vida imposible.
Ya te sabes la historia. Los azules (y otros envidiosos) me tacharon de machista. Pero la razón de sus acusaciones es infundada. Como siempre, se equivocan.
Yo sólo comenté que una mujer es extensión de su marido, nada más. ¿Dónde le ves lo misógino a eso?
Todos se hicieron los ofendidos, Diario. Hasta el liderucho del partido azul salió en defensa de las mujeres. ¡Incluso me retó a un debate..!
Obviamente rechacé su propuesta. ¿Te imaginas? ¿Un diálogo entre ese pollo y yo? Me lo como vivo. Gallo sólo hay uno.
Algunos dijeron que me negué al debate por miedo. Y sí, algo hay de eso. Pero la verdad es que no le veo caso. Yo ganaría. Yo siempre tengo la razón.
Aunque… ¿te imaginas que perdiera? Haría el ridículo. No. Ni pensarlo. Yo nunca hago el ridículo. Ni cuando pierdo las elecciones. Ni cuando digo que la tercera es la vencida. Ni cuando, en mi distrito, pierdo la elección para ser consejero de mi partido. Nunca.
Pero diario, regresemos a lo importante. YO NO SOY MISÓGINO. Simplemente creo que hay mujeres casadas y el resto. Y tú mejor que nadie sabe que una mujer casada no es autónoma. Tampoco es taaaan pensante. Esto no es ser machista, ¿o sí? ¿Decir la verdad es machismo?
Ay Diario, las cosas se ponen cada día más difíciles. Te lo dije y lo reitero… Esta guerra en mi contra me va a desquiciar un día.
Pero nada importa, yo sigo en pie a pesar de todos. Sigo en la carrera por la presidencia…
