LOS TIEMPOS DEL PODER

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Foto: La Otra Opinión

Asistimos a la escucha de discursos que pretenden legitimar una supuesta democracia mexicana.

Son tiempos de poder, en tanto se busca arrasar, en nombre del supuesto actor beneficiario que es el pueblo, una serie de decisiones que no parecen interesarle mucho, ya sea la desaparición del poder judicial o la sobre representación del legislativo que, sin embargo beneficiaría al partido en el poder y a la nueva clase política, que pronto volverá a decidir los destinos nacionales.

Los tiempos del gobierno están embarcados en decisiones tensas, que se reflejan en los aspirantes a dirigir las parcelas gubernamentales, se mueven entre un gobierno que no termina y desea continuar y otro gobierno que no logra emerger del todo, no es que deban necesariamente separarse, distanciarse o enfrentarse, el continuismo ha estado en el discurso desde antes de la nominación de aspirantes, y dados los resultados y las recientes encuestas de aceptación, tal parece que esa es la lectura de quienes han ratificado con su voto, la decisión de continuidad.

La voracidad del poder se mira en la forma en que se pretende gobernar. Un grupo de moderados de un movimiento político partidario, apoyará al gobierno federal; otro grupo más radical se encargará de la Ciudad de México; la mayoría de los gobiernos estatales actuará como una comparsa hacia donde se muevan los vientos del poder y los municipales sobrevivirán con aquello que vaya sobrando en los ejercicios del presupuesto.

Será un cambio de fondo en la manera en que las políticas públicas logren emerger en un tiempo corto, el diseño de éstas, va sujeto a los sobrantes de la herencia de proyectos, obras y esquema de clientelas que heredará la sucesora, más lo que pueda acumular en su intención reformista y clientelar.

Aún no se perfilan del todo la forma en que se pretende atender los problemas nacionales. Desde luego, la campaña presidencial en EU y sus posibles resultados es un factor determinante sobre algunas tareas por venir. La inseguridad pública continúa, pese a los informes públicos de que ha disminuido sensiblemente; el caso del Mayo Zambada está quitando el sueño, sin duda a las autoridades de gobierno, por el posible involucramiento de sus cómplices corruptos e impunes, la sociedad mira con desasosiego posibles conflictos al interior del cártel de Sinaloa, y más aún en la lucha por las plazas con otros cárteles como el de Jalisco, una recomposición entre los grupos criminales que traería más problemas a la población en diversas partes del territorio, ante la voraz demanda de recursos económicos, para sostener los ejércitos de sicarios para su propia protección o batallas por venir.

La negligencia en los resultados ha llegado al final de la presente administración; la salud y la educación tampoco mejoraron, cayeron más aún, y ya se transfieren al gobierno por venir los malos resultados. Los pasados juegos olímpicos de París, mostraron el esfuerzo unipersonal de los atletas mexicanos, el apoyo institucional solo alcanzó para corromper la política deportiva.

La economía se mantiene, aún con endeudamiento aguanta todavía lo suficiente, hasta esperar discursos y acciones que den certeza al inversionista; sin embargo, la duda golpea la confianza; los temas de sobre representación y de los ataques al poder judicial no auguran certeza para el sector empresarial; se ha tenido que recurrir al tribunal de los más ricos, para observar su opinión y quizás, poderla utilizar como una legitimación que disminuya la desconfianza de los mercados; la economía exitosa de los ricos en auxilio de la política para los pobres.

La intranquilidad social va en sentido opuesto a la narrativa gubernamental, sin embargo, el caso Mayo Zambada y su ahijado, han quitado el sueño a más de uno, y afectado un cierre sexenal de festejos, ante un posible involucramiento en tareas de narcotráfico de quienes terminan y han sido cómplices de posibles señalamientos por parte de estos dos delincuentes detenidos en EU.

Los tiempos gubernamentales están cargados de las pruebas que se presenten en la Corte de Brooklyn, NY, en los dias por venir. Más aún que las pruebas de la antidemocracia venezolana. Como en Venezuela, ya se vislumbra una limpia de analistas y comentaristas que critican al gobierno en algunos medios de comunicación.

Es posible que los dos últimos nombramientos del gabinete legal, de los titulares de la Defensa Nacional y de la Marina, expresen la temperatura que marque el termómetro del cambio gubernamental, puesto que sin seguridad no hay desarrollo.

Los tiempos del poder por encima de los tiempos democráticos.