No es novedad que la iglesia católica se involucre en temas políticos sobre los que no tiene jurisdicción. Sin embargo, a veces sorprende la forma en que los representantes del clero intentan tomar la batuta en determinados asuntos.
Y es que los sacerdotes saben que su opinión es vista como verdad absoluta para muchos de sus feligreses. Por esa razón, suelen aprovechar su posición para manipular a sus creyentes.
Es es, en buena medida, lo que ocurre en Chiapas; donde algunos sacerdotes han oficiado misa en los bloqueos de la CNTE y piden al gobierno que deje de presionar al magisterio.
Algo muy similar a lo que vimos en la novela La Regenta, de Leopoldo Alas, “Clarín”. En el texto, el sacerdote Fermín de Pas logra controlar la vida amorosa de Ana Ozores, porque está enamorado de ella.
En Chiapas, los sacerdotes saben que tienen poder sobre los católicos porque éstos creen en su palabra. De este modo intentan manipular a la opinión pública.
En la novela de Clarín, el padre Fermín de Pas sabe que tiene poder sobre Ana porque ella cree en lo que él representa y seguirá sus “consejos” sin rechistar.
Es así como parece que la religión en Chiapas –y probablemente en otros lugares del país– se convirtió en un arma mediática que favorece a la CNTE e incluso a algunos políticos.
Es así como la religión en el estado parece ser una moneda de cambio que sirve a los intereses de unos cuantos.
Incluso parece que la religión es una herramienta para manipular a aquellos que lo permiten debido a su inocencia, como Ana Ozores en la novela de Clarín, o la opinión pública debido a sus creencias, como ocurre en Chiapas.