López Obrador en territorio del CJNG

Especial

Hoy comienza la gira que realizará el presidente López Obrador por Guanajuato, Jalisco y Colima. Será, según se ha informado y como casi todas las que realiza por territorio nacional, un recorrido terrestre que cruzará, en los hechos, los territorios de mayor influencia del Cártel Jalisco Nueva Generación, la organización criminal que, con el atentado contra Omar García Harfuch, efectuó el mayor desafío al Estado mexicano en los últimos tiempos. Para algunos, la gira presidencial por esos territorios puede ser considerada una respuesta a esa organización criminal luego de ese atentado.

El CJNG, que nació como un brazo armado del Cártel de Sinaloa para combatir a los Zetas, terminó convirtiéndose en algo muy parecido a aquellos enemigos que casi aniquilaron. Se ha extendido por buena parte del país utilizando, como hacían los Zetas, una suerte de franquicias, absorbiendo a bandas locales más o menos autónomas para que trabajaran bajo su paraguas logístico y de organización. Y a quienes se resistían los cooptaban o aniquilaban a través de la violencia. Ésa es la historia que está detrás de lo que ocurre en Guanajuato, en Colima, en la Ciudad de México, en el Edomex, en Zacatecas, en Michoacán, en parte de Guerrero, y así se hicieron originalmente con el control del propio Jalisco, después de la muerte de Ignacio Nacho Coronel.

En la gira presidencial, donde se están ajustando lugares y eventos, seguramente, previendo las situaciones de seguridad que puedan presentarse, pero los riesgos del recorrido son inherentes al mismo. Llama la atención que a la gira no vaya el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, se especula que es por las amenazas que habría recibido del CJNG, pero la pregunta es si una organización criminal como ésta no podría estar dispuesta a escalar cualquiera de sus amenazas, incluyendo al propio Presidente para cumplir sus objetivos.

El CJNG es un grupo que se ha extendido mucho, pero como también ocurrió con los Zetas, no tiene tanta firmeza interna. Es una organización dividida, bajo el liderazgo de un hombre, Nemesio Oseguera El Mencho, quien está enfermo, que tiene pocas posibilidades de comunicación interna con todos sus mandos y que, además, está personalmente lastimado por la extradición de su hijo y sucesor, El Menchito, a Estados Unidos y la detención de su hija Johanna, quien manejaba parte del negocio familiar, también en la Unión Americana. Sus socios históricos, compadres y concuños, Los Cuinis, sufren una dura persecución de las autoridades estadunidenses, que en febrero concluyeron la primera etapa de un operativo que en muchas ciudades de la Unión Americana detuvieron a centenares de los miembros del CJNG, decomisaron drogas y dinero. Ese operativo continuó con el congelamiento de decenas de cuentas en México por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera.

No veo que existan muchas cartas con qué presionar a un hombre como El Mencho, con su vida amenazada por las autoridades y por la enfermedad. Sus hipotéticos sucesores, entre ellos un hijo del propio MenchoJuan Carlos Valencia González o Juan Carlos González Valencia, alias El 3, y personajes como su principal operador, apodado El SapoHugo Gonzalo Mendoza Gaytán, apuestan también en cada vez mayor grado a la violencia, y como hemos visto en esas últimas semanas, alcanzando cotas que no se habían sobrepasado con tanta claridad como hasta ahora: el asesinato de familias, niños, esposas, ataques como el que realizaron contra García Harfuch en plena Ciudad de México, antes del derribo de un helicóptero de la fuerza aérea.

Entiendo que es una necesidad del Estado mexicano reafirmar su presencia en todo el territorio nacional, incluyendo el que sirve como base de operaciones de cualquier organización criminal, pero el presidente López Obrador que tan prescindente es en muchas ocasiones de las principales precauciones de seguridad, no puede ni debe ignorarlas en esta ocasión. El recorrido que inicia hoy es de alto riesgo y así debe ser asumido. Sólo él y su equipo saben si era necesario correrlo en esta coyuntura.

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EL CASO AYOTZINAPA

Habrá que analizarlo con mayor detalle, pero ¿el video que se divulgó de Tomás Zerón en el interrogatorio bajo coacción de un detenido por el caso Ayotzinapa desmiente los hechos comprobados sobre cómo se dio el secuestro de los jóvenes?, ¿la aparición de un testimonio de un personaje no identificado que sostiene que otro personaje relacionado con Guerreros Unidos y convenientemente muerto hace dos años, fue el principal operador de esa noche de violencia y muerte alcanza para reconfigurar toda la historia?, ¿el involucramiento que se busca establecer, en forma forzada, de elementos militares y federales, incluyendo otra vez la de incineración en hornos crematorios, se puede sustentar con esa declaración? Son preguntas.