Al parece deberemos acostumbrarnos a ver como el presidente Andrés Manuel López Obrador contradice no sólo a su gabinete, sino que también sus propias declaraciones.
En este caso nos referimos cuando el mandatario calificó a los empresarios como “chapulines fifís” y después dijo que no era cierto.
El pasado 12 de febrero, López Obrador había comentado que buscaría por ley que los funcionarios no puedan pasar de un cargo público a la iniciativa privada, esto hasta después de 10 años tras finalizar su encomienda.
En ese sentido, comentó que eso no era ilegal, pero que, según él, era “inmoral” al señalar que “es una vergüenza porque ni en Estados Unidos, donde hay la costumbre de mayor interacción entre sector público y privado, se presentan casos como lo que sucedió durante el periodo neoliberal”.
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“Lo mismo se va a hacer con los funcionarios públicos que terminaban su desempeño en un cargo, que luego pasan, chapulines, chapulines fifís, brincan, chapulines conservadores a trabajar en las empresas relacionadas con ellos, con el desempeño que tenían”, indicó AMLO en aquel entonces.
Sin embargo, el tiempo pasa y Andrés Manuel negó haber dicho esas declaraciones, esto luego de que ayer recibió en su oficina a un grupo de empresarios, entre los cuales se encontraba Luis Téllez, quien fue secretario de Energía durante la administración de Ernesto Zedillo y ahora es consejero de una empresa energética.
“Bueno, primero aclarar que no se dijo eso, no me expreso de esa manera. Sí hablo de los fifís, no lo niego, pero no personalizo (…) Y decirles que no tenemos prohibido el rechazar a ningún mexicano, a nadie”, aclaró López a los empresarios.
Pero, ¿por qué ese cambio? Ah, pues porque quería “quedar bien” con los empresarios.
“Queremos que las empresas sigan invirtiendo en el país. Por eso los recibí. Vinieron a manifestar su confianza, su apoyo en el gobierno y a informarnos de nuevas inversiones”, resaltó López Obrador.
Una prueba más de que tenemos a un payaso de presidente.
