Aunque en diversas ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador presumió que su estrategia contra el robo de combustible había sido un rotundo éxito, la realidad es que los huachioleros sólo cambiaron de producto y ahora se ha desatado el “huachigas”.
En conferencia, el mandatario reconoció que ahora el robo de gas por toma clandestina ha incrementado, sin embargo, aseguró que podría ser un sabotaje por parte de sus opositores en contra de Petróleos Mexicanos (Pemex).
“Estamos analizando el fenómeno. Vamos a pedir al director de Pemex (Octavio Romero) que nos dé un informe la semana próxima. (En plataformas) sucede lo mismo con el equipo, se roban bombas que aparentemente cuestan muy poco, que pueden costar en el mercado negro 5 mil o 6 mil pesos, pero llegan en lanchas, se roban las bombas y paran la producción, detienen la extracción de crudo, todo esto lo es”, detalló el titular del Ejecutivo.
Pese al incremento de tomas clandestinas, López Obrador continúa culpando a los gobernantes anteriores por lo que sucede ahora y aseguró que todo se trata de un plan para entregar Pemex a empresas privadas.