El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene un perfil que lo coloca muy lejos del triunfador de las elecciones de Chile, Gabriel Boric, y lo acerca mucho al dictador de Venezuela, Nicolás Maduro.
Boric ganó las elecciones de su país gracias en gran medida al apoyo de la clase media, que vio en él a un político de izquierda moderada, similar a la socialdemocracia de algunos países de Europa, que no le apuesta a las fórmulas mágicas para resolver los problemas del país.
En su primer discurso como presidente electo, el joven político afirmó ante una multitud que buscará expandir los derechos sociales para que lleguen a toda la población, pero “con responsabilidad fiscal” y “cuidando nuestra macroeconomía“, algo que nunca diría –ni siquiera pensaría– un populista como López Obrador.
Boric está considerado como un político que, aunque reniega del neoliberalismo, cree en el diálogo y en la inclusión de todas las fuerzas políticas, incluida la derecha, para mejorar el rumbo de su país.
En varios momentos, el nuevo presidente de Chile ha dejado claro que no comulga con las dictaduras populistas de América Latina y El Caribe, como las de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
En julio de este año, Boric expresó su solidaridad con “el pueblo cubano que se está manifestando“, y que era reprimido brutalmente por el régimen castrista, mientras que en México López Obrador tomaba partido por el gobierno dictatorial.
Apenas el pasado mes de noviembre, Boric arremetió contra la dictadura de Daniel Ortega, al decir: “Nicaragua necesita democracia, no elecciones fraudulentas ni persecución a opositores“.
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El polo opuesto a Boric lo representa el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, quien no pierde oportunidad para manifestar su solidaridad con los gobiernos de Cuba y Nicaragua.
Una posición similar ha asumido el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien llegó al extremo de tener al dictador de Cuba, Manuel Díaz-Canel, como invitado de honor durante el desfile militar conmemorativo de un aniversario más del inicio de la Independencia.
A diferencia del moderado Boric, Maduro y López Obrador no son capaces de pensar por sí mismos. Ambos se han dedicado a repetir las fórmulas populistas y demagógicas adoptadas por Hugo Chávez.
Maduro es una grotesca caricatura de Chávez y López Obrador es una caricatura de Maduro.
OFF THE RECORD
**CON EL ALMA EN UN HILO
Que el tal Gerardo Fernández Noroña desistió de sus aspiraciones presidenciales para el 2024.
Eso dijo él mismo en un video transmitido ayer.
Luego aclaró que lo dijo en el marco del Día de los Inocentes.
Como sea, sus “aspiraciones” tienen el país con el alma en un hilo.
**REPROBADA, FISCALÍA JAROCHA
La Fiscalía General de Justicia de Veracruz, el brazo inquisitorio de Cuitláhuac García, está entre las tres registradas con un peor desempeño en el país.
Dedicarse a perseguir a críticos y opositores del gobernador no le ha dejado nada bueno.
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