El Consejo General del INE aprobó por unanimidad el cambio de formato del primer debate presidencial, a realizarse el próximo 22 de abril, así como las modalidades del segundo, a efectuarse el 20 de mayo, y del tercero, el 12 de junio.
Y es que, como vil candidato incómodo llegó Jaime Rodríguez Calderón, aprobado por el TEPJF para estar en la boleta electoral el próximo 1 de julio.
El encuentro tendrá un bloque menos de lo previsto a efecto de permitir la participación de “El Bronco sin prolongar la duración del debate.
El primer encuentro se llevará a cabo este domingo a las 20:00 horas en el Palacio de Minería en la Ciudad de México, con la participación de cuatro candidatos y una candidata; al segundo en Tijuana, Baja California, se acordó cambiarle el horario a las 21:30 (hora del centro), mientras que el tercero se efectuará a las 20:00 horas en Mérida, Yucatán.
Conforme al acuerdo del Consejo del INE, que se aprobó en lo general, se modifica el acuerdo anterior que avaló también este cuerpo de gobierno a efecto de incluir a “El Bronco”.
Asimismo, se aprueban los formatos específicos del segundo y del tercer debate entre la candidata y los candidatos a la Presidencia de la República, correspondientes al Proceso Electoral Federal 2017-2018; el segundo se distingue por la participación de los jóvenes y el tercero por el uso de las redes sociales.
Cabe destacar que, al segundo y tercer debate presidencial también se le podría cambiar el formato por otro indeseable. El berrinchudo y “rijoso” Armando Ríos Píter, quien alega malos tratos por parte del INE.
En el primer debate presidencial se tocarán los temas de Seguridad Pública y Violencia, Combate a la Corrupción, Impunidad, Democracia, Pluralismo y Grupos en Situación de Vulnerabilidad, los cuales se distribuirán en los tres segmentos.
Habrá dos bloques, de los cuales en el primero se privilegiará la interacción entre los moderadores y la y los aspirantes, y en el segundo se registrará la interacción entre la candidata y los candidatos.
El objetivo de este diseño es establecer un ejercicio que evite intervenciones memorizadas, discursos secuenciados o evasivas deliberadas.
