Ha iniciado el 2025, desearíamos que fuera borrón y cuenta nueva, que desapareciera lo malo del 2024, y viniera todo lo bueno con este nuevo año, lamentablemente estos deseos, en el futuro que ya es presente, no siempre logran presentarse como uno quisiera. Somos marionetas de los dioses, que estamos sujetos a los desafíos de la naturaleza, y a los retos entre los propios hombres, que constituyen los riesgos y amenazas y, desde luego, las oportunidades para superar retos.
Actuamos en arenas inciertas, arenas movedizas, y con trampas, similares a un campo minado.
De ahí que debamos prever las acciones de nosotros y de los demás, diagnosticar la situación que siempre será cambiante, para orientar los elementos disponibles a favor de nuestros intereses, del gran interés nacional.
Así serán los movimientos políticos, sustentados en la fortaleza individual, en la búsqueda de la mejor solución ante los múltiples problemas en que vivimos.
El individuo debe mantener su salud, su empleo, su educación, su diversión y la sana convivencia; debe contar con un estado y un gobierno que atienda lo social, que ahí conjuga lo individual, estableciendo oportunidades que avanzan con desarrollo y seguridad.
El gobierno debe saber sumar a una sociedad mejor informada, evitar la discriminación de todo tipo, fomentar la unidad y establecer objetivos nacionales claros y precisos, la coraza que proporcionaba el estado de derecho ha disminuido, ahora deberá atender una acción que legitime el poder, para evitar que las presiones externas no compliquen la gobernabilidad del todo, ni en cada parte del territorio nacional, donde la delincuencia ha asentado sus reales y no desea abandonar sus acciones delictivas.
Toca en este año, mostrar los resultados de lo que el gobierno ha aprendido en la práctica, en los 100 días de un ejercicio formal de diagnóstico, de ensayo y error, que deberá matizar ante las presiones y amenazas expresadas por el vecino del norte.
Las acciones a emprender por el gobierno de Trump han sido difundidas en medios de comunicación y redes sociales, desde la deportación de migrantes, hasta la supuesta intervención directa en contra de los carteles, ahora señalados como narcoterroristas, con las presiones comerciales en la renegociación del T-MEC.
La amenaza es clara, la previsión y defensa deberá ir más allá de las reuniones entre cónsules y miembros del gobierno, de una mayor vinculación de cabildeo entre los funcionarios mexicanos y los homólogos del futuro gobierno de EU. Lamentablemente el presupuesto para 2025, no refleja del todo la forma en que se atenderán las amenazas de Trump y ello puede generar mayor desorden en las finanzas públicas y propiciar crisis de gobernabilidad, por los migrantes nacionales y los que nos devuelvan de otros países, hacer más difícil el país de paso que somos y complicar a los migrantes al ser involucrados en los círculos delictivos de los carteles.
La presión ya está en México, solo se formalizará con la toma de posesión de Trump, es fundamental el necesario cabildeo con el nuevo gobierno de EU, pues el futuro ya está en presente.
El frente interno será tan importante como el externo, así que las tareas se duplican y los recursos públicos escasean, no es lo más deseable, sin embargo, podemos caer en faltas o incumplimientos de algunos programas sociales, que serían los más afectados, salud, educación, pensiones, empleos, becas y apoyos, colocando en situación crítica la gobernabilidad misma.
Esa será la situación en este año 2025, las tribulaciones son complejas, multifactoriales y multifacéticas, en un escenario de incertidumbre.
Bienvenido 2025, vamos a enfrentar lo que nos deparas.
Feliz año para todas, con ánimo y sapiencia, enfrentemos los procesos que ya van corriendo.
Agradezco a nuestros generosos lectores oportunidad de difundir estas modestas reflexiones, que no tienen más objetivo que valorar los asuntos de seguridad y desarrollo nacionales, a Ricardo Alemán y a su equipo de colaboradores, todos profesionales de la comunicación, mi reconocimiento de siempre, abrazo a tod@s.
DC