La trampa que Morena no podrá volver a hacer

Foto: El Economista / Notimex

Pocos saben que la mayoría de que goza actualmente Morena en la Cámara de Diputados es producto de una trampa que este partido hizo en las elecciones del 2018, pero que no podrá repetir en el actual proceso electoral.

En las elecciones del 2018 Morena obtuvo solo el 36 por ciento de la votación para diputados federales, pero gracias a su trampa, que representó una violación de la Constitución, obtuvo una representación del 56.4 por ciento en la Cámara de Diputados.

¿Cómo fue posible este absurdo? Fácil. Morena registró a un sinfín de candidatos competitivos a diputados de mayoría por las siglas de sus satélites, PT y PES, para que, al ganar –en apariencia— menos distritos,  el partido de López Obrador obtuviera una mayor asignación de diputados plurinominales.

Pero a la hora de tomar posesión, esos candidatos que habían simulado competir por PT y PES se quitaron la capucha y mostraron su verdadera militancia, con lo que la bancada de Morena se infló tanto con los falsos petistas y pesistas como con los plurinominales.

Uno de esos falsos candidatos del PT fue nadamenos que Mario Delgado, quien apenas rindió protesta se asumió como militante de Morena y hasta se hizo de la coordinación parlamentaria.

En el 2018, en las urnas Morena solo obtuvo 190 de 300 diputaciones de mayoría, pero actualmente tiene en funciones 257. Esto fue posible gracias a la gran trampa de la simulación de candidaturas, a la  jugosa asignación de plurinominales –producto de esa misma trampa– y al trasiego de algunos legisladores de sus rémoras y de su nuevo aliado, el PVEM.

Pero esa trampa de la simulación de candidaturas no la podrá repetir Morena en el actual proceso electoral, debido a que el pasado 19 de marzo, el INE emitió reglas específicas que incluyen la verificación de la “militancia efectiva” de los candidatos a diputados federales.

Esto llevará a que tras las elecciones del próximo 6 de junio, se asignen las diputaciones plurinominales con base en la votación efectiva obtenida específicamente por cada partido, previa verificación de la militancia real, lo que llevará a que Morena acceda a menos diputaciones que las que obtuvo en el 2018.

Con las reglas emitidas el 19 de marzo, que fueron ratificadas apenas el pasado 27 de abril por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, ambos órganos electorales pusieron candados para Morena, el partido en el poder, no vuelva a lograr la mayoría artificial, anticonstitucional, que ahora ostenta en la Cámara de Diputados.

Y si como lo indican las encuestas, Morena obtendrá una votación menor al 36 por ciento que logró en el 2018, podemos adelantar que el sueño de su líder de conservar el control de San Lázaro se aleja cada vez más.