“La Teniente”, interna que tenía el mando del penal de Santa Martha Acatitla

La reclusa conocida como "La Teniente" controlaba Santa Martha frente a la impunidad de las autoridades quienes se veían beneficiadas por ella.

la teniente
Foto: Expansión Pública

A través del espacio informativo de Carlos Loret de Mola en Latinus, se dio a conocer que durante la gestión de Claudia Sheinbaum como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México y de Omar García Harfuch como jefe de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, una interna del penal de Santa Martha Acatitla dominaba el espacio carcelario con total impunidad.

La interna identificada como Edén Guadalupe García Villarreal y que dentro de Santa Martha era conocida como “La Teniente”, gozaba de poder y lujos aún estando encarcelada por el delito de homicidio calificado y que además fue una de las principales operadoras del Cártel del Noreste.

De acuerdo a testimonios de las propias internas de este penal, “La Teniente” tenía nexos no solo con custodias y autoridades de Santa Martha, sino también con autoridades del gobierno capitalino. Sus compañeras narran como esta interna organizaba grandes fiestas al interior del penal, donde se le permitía aparecer armada, además de ingresar dinero y alcohol.

Una de las celebraciones más grandes que “La Teniente” organizó en Santa Martha fue su boda civil con su pareja, quien también se encontraba recluida en este penal. De acuerdo a los testimonios, esta celebración tuvo 60 invitados, quienes pudieron disfrutar de platillos como salmón y lasaña, además de poder brindar con champán y vino blanco.

El reinado de “La Teniente” se mantenía del negocio de narcotráfico que esta interna manejaba dentro del penal, pues ella vendía cristal y tenía a otras reclusas quienes comerciaban otro tipo de drogas. Se reporta que sus vendedoras le daban una comisión de 5 mil pesos a la semana.

Las internas que ofrecieron sus testimonios relatan que “La Teniente” podía pasar droga y alcohol gracias a sus nexos con Noemí Castillo, custodia encargada de las cámaras, así como con Patricia Hernández, jefa de seguridad de Santa Martha.

Además de sus negocios con la venta de droga, “La Teniente” también controlaba la renta de las mesas para los visitantes de las reclusas e incluso rentaba teléfonos celulares. El poder de esta interna no se limitaba solo a la población encarcelada, sino que también dominaba a las propias autoridades del penal.

Las internas relatan que “La Teniente” le regaló a Adriana Villeda, directora del penal, una camioneta Toyota, al igual que a la jefa de seguridad, mientras que a otras funcionarias les regaló autos tipo Kia. De manera sorpresiva, esta interna fue traslada a un penal federal, sin embargo, antes de irse amenazó a las internas de Santa Martha.

PV

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