LA TECNOLOGÍA Y EL ADOLESCENTE EN TIEMPOS DE PANDEMIA

DRA. MARÍA ELENA

La pandemia por coronavirus ha venido a perturbar la vida de los seres humanos generando diversas alteraciones colaterales como producto de los cambios en las costumbres y en las formas de vida a las que cada quien estábamos acostumbrados.

Un sector de la población que ha resultado altamente afectado por los cambios en su cotidianidad han sido la de los adolescentes.

La adolescencia es considerada como un periodo de inestabilidad, transformación y confusión que alcanza no solo a los adolescentes sino también a los padres.

Como parte de su desarrollo el adolescente enfrenta una serie de cambios tanto físicos como psíquicos que abarcan su cuerpo, la sexualidad, las emociones, el pensamiento y su identidad.

Por esta razón, el adolescente necesita del grupo de amigos —sus iguales— para relacionarse, identificarse y con quien sentirse a gusto sin tener cerca el yugo de los padres. Igualmente necesita de su espacio para aislarse, salirse de casa, ver a la novia y hacer ejercicio, pero son actividades que la pandemia le ha venido a restringir.

Debido al confinamiento que nos ha impuesto la pandemia, como nunca se ha hecho uso de la tecnología para trabajar, estudiar, divertirse y realizar reuniones virtuales con amigos y familiares.

Esta situación también ha permeado la vida escolar, social y recreativa del adolescente quien hasta hace poco, tenía restringido el tiempo que pasaba con el celular, en la computadora o con los videojuegos.

La paradoja es que en estos tiempos en que se requiere de la tecnología para poder seguir adelante con la dinámica de vida, el adolescente igualmente la requiere para seguir con sus estudios y para comunicarse con los amigos por lo que los padres han tenido que ceder en el uso de los aparatos así como en el aumento del tiempo que los chicos pasan frente a ellos.

Muchos padres se ha quejado que su hijo o hija adolescente se la pasa encerrado en su cuarto con el celular y con la computadora, y ellos no tienen certeza si están estudiando, jugando o viendo series.

En estos tiempos de pandemia, como nunca ser padres de un adolescente requiere de un mayor desafío para poder empatizar con las necesidades de su hijo como son las de comunicación con los amigos, de aislamiento, los tiempos de ocio con los videojuegos, los horarios para comer, dormir y estudiar.

Para que de esta manera los padres logren contener las emociones que el hijo adolescente pueda estar presentando como parte de su desarrollo sumado a las que le provoca el confinamiento que impone la pandemia.