La reforma energética va por buen camino

La moneda energética parece tener dos caras.

En la primera se encuentra la excelente recepción que tuvo la tercera fase de la primera ronda de asignación de contratos de explotación petrolera.

En la otra cara destaca la desaparición del veto a las exportaciones de petróleo en Estados Unidos.

Por un lado, la Comisión Nacional de Hidrocarburos logró acomodar los 25 campos incluidos en la tercera licitación. Es decir, el 100 por ciento de los bloques disponibles.

En el otro lado, el congreso de Estados Unidos levantó el veto a la exportación de petróleo. O si lo prefiere, los Estados Unidos –nuestro principal comprador de petróleo– exportará combustibles fósiles.

¿Qué significan estos acontecimientos? ¿tienen alguna relación? ¿debemos esperar modificaciones en materia petrolera?

En entrevista para La Otra Opinión, el Doctor Raymundo Tenorio –académico del Tec de Monterrey–, aseguró que los resultados de la etapa final de la Ronda Uno dejan ver que el cabildeo fue exitoso.

Es decir, que el gobierno federal demostró a los inversionistas que existe solidez jurídica en los procesos de asignación y explotación de los pozos petroleros.

O si lo prefiere, que la respuesta positiva de los hombres y mujeres del dinero confirma que el gobierno mexicano supo despertar la confianza que requerían los inversionistas para entrar al mercado energético nacional.

Por lo anterior, existen evidencias de que la reforma energética va por buen camino y de que la iniciativa privada encontró la certeza política y financiera que requiere para jugar su dinero en el subsuelo mexicano.

Sin embargo, este fenómeno tiene otros dos rostros:

El primero, los pendientes que arrastra la nueva etapa energética. Desde los procesos de indemnización –a quienes pierdan sus posesiones por tratarse de zonas de explotación–, hasta los juicios de expropiación que pondrían en riesgo los contratos y la extracción de combustibles.

Y el segundo rostro sería –como se explicó al inicio del texto–, la modificación en la política de exportación de los Estados Unidos.

¿Qué implica que nuestro principal comprador se diga listo para exportar el mismo producto que nos compra?

Para Raymundo Tenorio, este cambio no implica una amenaza.

Y es que, según el especialista, la demanda energética de Estados Unidos sigue siendo mayor al combustible que extrae. Pero eso no es todo. El petróleo que produce Estados Unidos es de alta calidad. En consecuencia, tiene compradores específicos.

En otras palabras, que la intención de exportar petróleo no implica que Estados Unidos dejará de consumir combustible. En realidad, se trata de abrir la posibilidad para que la producción de un petróleo determinado se venda a un puñado de compradores seleccionados. Nada más.

Por todo lo anterior –a la luz de las evidencias recientes– todo indica que la reforma energética va por buen camino.